¡Eduque, juez! Bien por el árbitro

¡Eduque, juez! Bien por el árbitro

Un video proveniente del fútbol infantil argentino se ha vuelto viral, destacando una ejemplar intervención por parte de un árbitro y un entrenador, demostrando cómo se deben inculcar valores desde temprana edad.

El hecho ocurrió durante un partido de menores en Argentina, donde dos jóvenes jugadores tuvieron una acalorada disputa por el balón, reaccionando de manera agresiva. Afortunadamente, la rápida intervención de uno de los formadores y del colegiado evitó que el incidente escalara.

Tras calmar los ánimos, el árbitro del encuentro reunió a los dos niños y les pidió que se dieran la mano para solucionar sus diferencias. Este gesto de conciliación y enseñanza fue recibido con un cerrado aplauso por parte del público presente, resaltando la importancia del juego limpio y el respeto.

La acción, calificada como una verdadera lección de deportividad, ha generado múltiples comentarios positivos. ¿Qué opinas de esta ejemplar manera de actuar?

Un video proveniente del fútbol infantil argentino se ha vuelto viral, destacando una ejemplar intervención por parte de un árbitro y un entrenador, demostrando cómo se deben inculcar valores desde temprana edad.

El hecho ocurrió durante un partido de menores en Argentina, donde dos jóvenes jugadores tuvieron una acalorada disputa por el balón, reaccionando de manera agresiva. Afortunadamente, la rápida intervención de uno de los formadores y del colegiado evitó que el incidente escalara.

Tras calmar los ánimos, el árbitro del encuentro reunió a los dos niños y les pidió que se dieran la mano para solucionar sus diferencias. Este gesto de conciliación y enseñanza fue recibido con un cerrado aplauso por parte del público presente, resaltando la importancia del juego limpio y el respeto.

La acción, calificada como una verdadera lección de deportividad, ha generado múltiples comentarios positivos. ¿Qué opinas de esta ejemplar manera de actuar?

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Eres eterno, Sapito: el legado que no se olvida

Hay personajes que traspasan el relato. Que no necesitan jugar para convertirse en parte esencial del fútbol. Que no marcaron goles, pero dejaron frases que todavía resuenan. Sergio Livingstone, el “Sapito”, es uno de ellos.

Un día como hoy, pero en 2012, el fútbol chileno perdió a una de sus voces más queridas. No solo por su conocimiento o su trayectoria, sino por su forma de estar. Porque el Sapito no era solo comentarista: era compañía. Era memoria viva del balompié nacional.

Su carrera comenzó mucho antes de la televisión. Fue arquero de la Universidad Católica y de la Selección Chilena, y defendió la camiseta con orgullo en los años 40. Pero su leyenda se construyó desde el micrófono, donde durante décadas enseñó, opinó, emocionó.

En las transmisiones de TVN, con esa voz cálida y esa mirada pausada, Livingstone fue parte de la infancia de muchos. No necesitaba gritar para ser escuchado. No necesitaba exagerar para emocionar. Bastaba una frase suya para elevar el análisis, para darle contexto a la jugada, para marcar el tono de la conversación.

Su relación con Pedro Carcuro fue histórica. Juntos narraron cientos de partidos, y su complicidad traspasó la pantalla. El Sapito se convirtió en una figura entrañable, respetada por generaciones de hinchas, colegas y futbolistas.

Hoy, a más de una década de su partida, el cariño sigue intacto. Porque hay personas que no se van. Que permanecen en las frases que repetimos, en los partidos que recordamos, en el cariño que no se olvida.

Eres eterno, Sapito. Porque el fútbol chileno no se entiende sin ti.

Un córner con altura de miras

En el fútbol, los detalles marcan la diferencia. Que lo diga sino el ejecutante de este particular córner, que debió aprovechar las bondades del terreno de juego.