La jineta en el ojo del huracán

La jineta en el ojo del huracán

Ser capitán en el fútbol chileno es un honor que conlleva una enorme responsabilidad, un tema que se ha vuelto central en el debate tras las complejas situaciones que enfrentan Esteban Pavez en Colo Colo y Marcelo Díaz en Universidad de Chile. Ambos referentes están en el centro de la discusión por su rol y rendimiento, un análisis que fue abordado en el más reciente capítulo de Camarín 90.

En el programa conducido por Matías Acuña, se profundizó en la crisis que vive el capitán albo, Esteban Pavez, quien hoy es resistido por parte de la hinchada y ha perdido la titularidad. Se señaló que el punto de quiebre con los fanáticos ocurrió cuando el jugador no asistió a ciertas actividades del centenario del club, en medio de un conflicto entre la dirigencia y el plantel por premios. Esta ausencia, que también incluyó a otros referentes como Arturo Vidal y Vicente Pizarro, derivó en una declaración pública que, para muchos, no hizo más que agravar la situación, bajo la premisa de que "el que explica se complica".

El debate también recordó que los hinchas de Colo Colo ya han sido críticos con sus últimos capitanes, mencionando el caso de Gabriel Suazo. A diferencia de Pavez, Suazo fue cuestionado antes de recibir la jineta, pero la asumió en el difícil momento en que el equipo peleaba por no descender y, desde entonces, no la soltó más, consolidando su liderazgo.

El análisis completo sobre qué se necesita para ser capitán en el fútbol actual, los desafíos de portar la jineta con orgullo y la situación de los emblemas de los equipos más grandes del país ya está disponible en el capítulo completo de Camarín 90 en nuestro canal de YouTube y a través de las pantallas de Zapping Sports.

Ser capitán en el fútbol chileno es un honor que conlleva una enorme responsabilidad, un tema que se ha vuelto central en el debate tras las complejas situaciones que enfrentan Esteban Pavez en Colo Colo y Marcelo Díaz en Universidad de Chile. Ambos referentes están en el centro de la discusión por su rol y rendimiento, un análisis que fue abordado en el más reciente capítulo de Camarín 90.

En el programa conducido por Matías Acuña, se profundizó en la crisis que vive el capitán albo, Esteban Pavez, quien hoy es resistido por parte de la hinchada y ha perdido la titularidad. Se señaló que el punto de quiebre con los fanáticos ocurrió cuando el jugador no asistió a ciertas actividades del centenario del club, en medio de un conflicto entre la dirigencia y el plantel por premios. Esta ausencia, que también incluyó a otros referentes como Arturo Vidal y Vicente Pizarro, derivó en una declaración pública que, para muchos, no hizo más que agravar la situación, bajo la premisa de que "el que explica se complica".

El debate también recordó que los hinchas de Colo Colo ya han sido críticos con sus últimos capitanes, mencionando el caso de Gabriel Suazo. A diferencia de Pavez, Suazo fue cuestionado antes de recibir la jineta, pero la asumió en el difícil momento en que el equipo peleaba por no descender y, desde entonces, no la soltó más, consolidando su liderazgo.

El análisis completo sobre qué se necesita para ser capitán en el fútbol actual, los desafíos de portar la jineta con orgullo y la situación de los emblemas de los equipos más grandes del país ya está disponible en el capítulo completo de Camarín 90 en nuestro canal de YouTube y a través de las pantallas de Zapping Sports.

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La niña bullanguera que se robó todas las miradas

En medio de la intensidad de un partido, con la tribuna rugiendo y la tensión flotando en el aire, hay imágenes que logran detener el tiempo. Así ocurrió con una pequeña hincha de Universidad de Chile, que desde la galería no paró de alentar con fuerza, convicción y amor puro por su equipo.

“¡Vamos Julia que tenemos que ganar, dale León!” se le escuchó gritar, con esa voz aguda pero decidida que solo los niños tienen cuando hablan desde el corazón. En su camiseta azul, en su bandera improvisada, y en la forma en que se paraba para cantar cada canción, había una pasión genuina que contagió a todos.

Y ahí estaba Matías Acuña, el jugador azul que no solo reparó en su presencia, sino que también la destacó. Porque el fútbol no es solo noventa minutos y once contra once. El fútbol también es ella. Es esa niña que cree, que sueña, que transmite una fidelidad que ni las derrotas más duras pueden quebrar.

La escena rápidamente se viralizó. No por lo extraordinario de su gesto, sino por lo extraordinariamente auténtico que fue. En tiempos donde la conexión con los clubes muchas veces se siente diluida, ver a una niña de esa edad vivir el partido con tanta intensidad fue un recordatorio de lo que significa ser hincha.

Universidad de Chile atraviesa un momento especial. Y si hay algo que la sostiene —más allá de lo futbolístico— es su gente. Esa que canta, sufre, celebra y que, como Julia, lleva los colores tatuados en el alma desde pequeña.

Ella no pidió cámaras ni reconocimientos. Solo alentó. Pero al hacerlo, nos recordó por qué amamos este deporte.

Toda la vida en el estadio: la hincha azul de 90 años

Para Inés Martínez, aún con sus 90 años, nada levanta pasiones como la Universidad de Chile.

No todos los equipos despiertan una pasión que resiste el paso del tiempo, los fracasos deportivos y los años sin títulos. Pero la U no es cualquier equipo. Es una bandera. Un sentimiento que va mucho más allá del resultado del fin de semana, sino pregúntenle a Inés en cada estadio que juegan los azules.

Para muchos hinchas azules, la frase “de la U aunque gane” no es ironía. Es convicción. Es una forma de asumir que el amor por los colores no está condicionado por los puntos en la tabla. Porque ser de la U es creer incluso cuando la historia reciente no acompaña.

La U no ha tenido una década fácil. Títulos esquivos, procesos rotos, promesas incumplidas. Y sin embargo, cada domingo, miles de personas visten la camiseta con el mismo orgullo de siempre. Hay algo en ese vínculo que no se explica con números: se explica con identidad.

El hincha de la U tiene memoria. Recuerda las gestas épicas de los 90, el histórico 2011, los goles de Rivarola, las atajadas de Johnny, la entrega de Osvaldo González, el fútbol de Charles Aránguiz. Pero también recuerda las caídas, las finales perdidas, los años de sufrimiento. Y sigue ahí.

Porque más que un club, la U es una forma de vivir el fútbol. Con pasión, con nervio, con corazón. Sin importar si se gana o se pierde. Lo que importa es estar. Acompañar. Creer.

En una época en que muchas hinchadas se definen por el éxito, la U conserva algo romántico: la idea de que ser hincha es incondicional. Y en eso, tal vez, reside su grandeza.

De la U, aunque gane. Aunque suene absurdo. Aunque parezca al revés. Porque para quien creció amando a la U, no hay resultado que defina ese amor. Solo el orgullo de seguir ahí, siempre.