¿Colo Colo llega mal… o llega bien? El dilema que marca su estreno copero

¿Colo Colo llega mal… o llega bien? El dilema que marca su estreno copero

Colo Colo vuelve a la Copa Libertadores con más preguntas que certezas. No es novedad que el Cacique enfrente momentos de turbulencia justo antes de un debut internacional, pero esta vez el escenario parece más complejo: juego irregular, dudas tácticas y una hinchada que empieza a impacientarse.

La pregunta se instala con fuerza: ¿llega mal… o llega bien?

Depende de dónde se mire. Desde el análisis inmediato, el equipo de Jorge Almirón arrastra problemas de funcionamiento, bajo rendimiento en piezas clave y resultados dispares en el torneo local. A eso se suma la presión interna: el hincha albo no espera participaciones decorativas en el torneo continental. Quiere competir. Quiere avanzar.

Pero también hay otro factor: la camiseta pesa. La historia juega. Y eso es algo que Colo Colo conoce como pocos. Porque hay noches donde el presente importa menos que la memoria colectiva. Donde basta una jugada, una victoria, un estadio encendido para cambiar la narrativa.

El equipo chileno, pese a sus dudas, llega con un plantel que mezcla experiencia copera y juventud con hambre. Jugadores que han vivido estas instancias y saben lo que significa representar al único club nacional que ha levantado la Libertadores.

El margen es estrecho. Una buena actuación puede levantar el proyecto; una caída podría acelerar los cuestionamientos. Pero el fútbol tiene esas paradojas: a veces, los equipos más cuestionados son los que terminan sorprendiendo.

¿Llega mal? Puede ser. ¿Llega listo para competir? Esa es la verdadera incógnita. Porque en la Libertadores, no gana siempre el que está mejor. Gana el que resiste. El que impone respeto. El que recuerda quién es.

Y Colo Colo, aunque no lo parezca, nunca deja de ser Colo Colo.

Colo Colo vuelve a la Copa Libertadores con más preguntas que certezas. No es novedad que el Cacique enfrente momentos de turbulencia justo antes de un debut internacional, pero esta vez el escenario parece más complejo: juego irregular, dudas tácticas y una hinchada que empieza a impacientarse.

La pregunta se instala con fuerza: ¿llega mal… o llega bien?

Depende de dónde se mire. Desde el análisis inmediato, el equipo de Jorge Almirón arrastra problemas de funcionamiento, bajo rendimiento en piezas clave y resultados dispares en el torneo local. A eso se suma la presión interna: el hincha albo no espera participaciones decorativas en el torneo continental. Quiere competir. Quiere avanzar.

Pero también hay otro factor: la camiseta pesa. La historia juega. Y eso es algo que Colo Colo conoce como pocos. Porque hay noches donde el presente importa menos que la memoria colectiva. Donde basta una jugada, una victoria, un estadio encendido para cambiar la narrativa.

El equipo chileno, pese a sus dudas, llega con un plantel que mezcla experiencia copera y juventud con hambre. Jugadores que han vivido estas instancias y saben lo que significa representar al único club nacional que ha levantado la Libertadores.

El margen es estrecho. Una buena actuación puede levantar el proyecto; una caída podría acelerar los cuestionamientos. Pero el fútbol tiene esas paradojas: a veces, los equipos más cuestionados son los que terminan sorprendiendo.

¿Llega mal? Puede ser. ¿Llega listo para competir? Esa es la verdadera incógnita. Porque en la Libertadores, no gana siempre el que está mejor. Gana el que resiste. El que impone respeto. El que recuerda quién es.

Y Colo Colo, aunque no lo parezca, nunca deja de ser Colo Colo.

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Pelotazo: Loyola, el chileno que ilusiona

Felipe Loyola se ha convertido en una de las grandes revelaciones chilenas en el extranjero. En menos de un año desde su salto de Huachipato a Independiente de Avellaneda, el polifuncional jugador no solo se ha ganado el corazón de los hinchas del "Rojo", sino que se ha consolidado como una de sus principales figuras, despertando incluso el interés de clubes europeos.

En su nueva columna, Jorge Gómez analiza el meteórico ascenso del "Pipe". "La irrupción de Loyola en Independiente ha sido notable", destaca Gómez, recordando su controvertida salida de Colo Colo donde "fue echado porque no tenía condiciones". Sin embargo, Loyola resurgió en Fernández Vial y luego en Huachipato, donde se coronó campeón del fútbol chileno.

Su llegada a Independiente ha sido explosiva. Con siete goles en su cuenta personal, los cánticos de "¡Chileno, chileno!" se han vuelto habituales cuando es sustituido, evocando el cariño que la afición argentina ha profesado a otros compatriotas como Iván Zamorano, Marcelo Salas, Gary Medel, Marcelo Díaz o Paulo Díaz. "El tipo no tiene techo", afirma Gómez, resaltando su polifuncionalidad, rindiendo tanto de lateral como de volante, aunque "en Independiente ha rendido mucho más en la mitad de la cancha".

Una de las claves de su popularidad, incluso en Chile, es que "no jugó como profesional en ninguno de los tres grandes", lo que le evita el "hate" en redes sociales. En Argentina, su "personalidad" y "pachorra" son altamente valoradas. "Estamos al frente de un futuro, incluso capitán de la selección chilena", sentencia Gómez.

La pregunta queda en el aire para los fanáticos: ¿Ven a Felipe Loyola como futuro capitán de la Roja?

Klopp, Bielsa ¿y García? Construyendo al DT de la Roja

Camarín 90 estrena nueva cara y, en su renovado espacio, el conductor Matías Acuña, junto a Cristián Arcos y el invitado de la semana, Renzo Luvecce, se sumergieron en un candente debate: ¿qué características y quién debería ser el próximo director técnico de la Selección Chilena?

En este primer capítulo de la nueva temporada, cada panelista "diseñó" a su candidato ideal. Cristián Arcos no dudó en postular a Jürgen Klopp, destacando su fascinación por la capacidad del alemán para "resolver los momentos complicados" y ser "el entrenador que más da vuelta partidos".

Por su parte, Matías Acuña se inclinó por un viejo conocido: Marcelo Bielsa. "Una de las grandes cosas que tuvo Chile en la época de Bielsa fue que el equipo pesaba mucho más", argumentó Acuña, añadiendo que actualmente "estamos en una situación donde el equipo tiene que verse bien por sobre las individualidades, porque no las tenemos".

Finalmente, Renzo Luvecce, fiel a su estilo, propuso al chileno Jaime García. "Desde hace muchos años atrás que no hay un técnico chileno con la personalidad que tiene él y con la manera también de trabajar que tiene", defendió Luvecce, recordando sus pasos por Santiago Morning, La Serena y, especialmente, su exitosa campaña con Ñublense, llevándolo a Copa Libertadores y Copa Sudamericana. Luvecce enfatizó que García "trabaja mucho el físico de los jugadores, pero desde el estilo de juego" y "no transa su idea". Sin embargo, esta última característica generó discusión, ya que se planteó si su fortaleza para dirigir equipos "de chico a grande" sería suficiente para los desafíos de La Roja.

¡La discusión está abierta! Mira el capítulo completo de Camarín 90 en el canal de YouTube de Minuto 90 y forma tu propia opinión.