Palestino: El segundo "más popular" de Chile

Palestino: El segundo "más popular" de Chile

En su columna, Grace Lazcano profundiza en cómo Club Deportivo Palestino ha trascendido las canchas de La Cisterna para convertirse en un fenómeno global, un emblema de identidad y resistencia para el pueblo palestino y un caso de estudio sobre el impacto del fútbol más allá del deporte.

El cuadro árabe no solo se destaca en el fútbol chileno, sino que ha construido una notable presencia internacional. Según datos recientes, Palestino es el segundo club en Chile con más seguidores en redes sociales, únicamente superado por Colo Colo. Sin embargo, su alcance global se evidencia aún más en que es el primero en ventas de camisetas en el extranjero, una muestra del profundo lazo que une al equipo con comunidades fuera de nuestras fronteras.

Fundado en 1920 por miembros de la comunidad palestina en Chile –la más grande fuera de Medio Oriente–, el club se erigió desde sus inicios como "mucho más que un club de fútbol". Esta conexión se vio catapultada en 2014, cuando Palestino clasificó a la Copa Libertadores. La cadena Al Jazeera transmitió sus partidos, y en ciudades como Gaza y en Jordania se instalaron pantallas gigantes para que los hinchas pudieran alentar al equipo desde el otro lado del mundo. Ese mismo año, una decisión audaz marcó un antes y un después: reemplazaron el número '1' en sus camisetas por el mapa de la Palestina histórica. Aunque la federación chilena sancionó la iniciativa, la camiseta se convirtió en un éxito de ventas y un poderoso símbolo.

A lo largo de los años, Palestino ha continuado sumando gestos de identidad. Recientemente, lanzaron una camiseta con una sandía, reconocida como símbolo de la lucha palestina desde 1967. Además, han fortalecido lazos con hinchadas de otros países, como la del Celtic de Escocia, con quienes incluso lanzaron una camiseta colaborativa en 2024.

Uno de los momentos de mayor impacto mediático ocurrió en noviembre de 2023. En medio de la ofensiva israelí en Gaza, los jugadores de Palestino salieron a la cancha portando el kufiye (pañuelo palestino), brazaletes de luto y el mapa de Palestina en su indumentaria. Antes del pitazo inicial, se arrodillaron y guardaron un minuto de silencio, una imagen que acumuló más de 30 millones de reproducciones en redes sociales, demostrando el poder de su mensaje.

La camiseta del 'Tino-Tino' no solo es un emblema en Chile; su simbolismo ha causado revuelo internacionalmente. Un ejemplo de ello fue cuando un hincha en París fue expulsado de un estadio por vestir la indumentaria del club. Este fervor se refleja en el crecimiento exponencial de sus plataformas digitales, que han aumentado más de un 400% en el último tiempo, con una mayoría de seguidores provenientes del extranjero. Cifras que confirman lo que su historia y sus acciones pregonan: Palestino es, y ha demostrado ser, más que un equipo; es todo un pueblo.

En su columna, Grace Lazcano profundiza en cómo Club Deportivo Palestino ha trascendido las canchas de La Cisterna para convertirse en un fenómeno global, un emblema de identidad y resistencia para el pueblo palestino y un caso de estudio sobre el impacto del fútbol más allá del deporte.

El cuadro árabe no solo se destaca en el fútbol chileno, sino que ha construido una notable presencia internacional. Según datos recientes, Palestino es el segundo club en Chile con más seguidores en redes sociales, únicamente superado por Colo Colo. Sin embargo, su alcance global se evidencia aún más en que es el primero en ventas de camisetas en el extranjero, una muestra del profundo lazo que une al equipo con comunidades fuera de nuestras fronteras.

Fundado en 1920 por miembros de la comunidad palestina en Chile –la más grande fuera de Medio Oriente–, el club se erigió desde sus inicios como "mucho más que un club de fútbol". Esta conexión se vio catapultada en 2014, cuando Palestino clasificó a la Copa Libertadores. La cadena Al Jazeera transmitió sus partidos, y en ciudades como Gaza y en Jordania se instalaron pantallas gigantes para que los hinchas pudieran alentar al equipo desde el otro lado del mundo. Ese mismo año, una decisión audaz marcó un antes y un después: reemplazaron el número '1' en sus camisetas por el mapa de la Palestina histórica. Aunque la federación chilena sancionó la iniciativa, la camiseta se convirtió en un éxito de ventas y un poderoso símbolo.

A lo largo de los años, Palestino ha continuado sumando gestos de identidad. Recientemente, lanzaron una camiseta con una sandía, reconocida como símbolo de la lucha palestina desde 1967. Además, han fortalecido lazos con hinchadas de otros países, como la del Celtic de Escocia, con quienes incluso lanzaron una camiseta colaborativa en 2024.

Uno de los momentos de mayor impacto mediático ocurrió en noviembre de 2023. En medio de la ofensiva israelí en Gaza, los jugadores de Palestino salieron a la cancha portando el kufiye (pañuelo palestino), brazaletes de luto y el mapa de Palestina en su indumentaria. Antes del pitazo inicial, se arrodillaron y guardaron un minuto de silencio, una imagen que acumuló más de 30 millones de reproducciones en redes sociales, demostrando el poder de su mensaje.

La camiseta del 'Tino-Tino' no solo es un emblema en Chile; su simbolismo ha causado revuelo internacionalmente. Un ejemplo de ello fue cuando un hincha en París fue expulsado de un estadio por vestir la indumentaria del club. Este fervor se refleja en el crecimiento exponencial de sus plataformas digitales, que han aumentado más de un 400% en el último tiempo, con una mayoría de seguidores provenientes del extranjero. Cifras que confirman lo que su historia y sus acciones pregonan: Palestino es, y ha demostrado ser, más que un equipo; es todo un pueblo.

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Hay plantel: la banca de lujo que ilusiona a la Roja

La Selección Chilena se prepara para su próximo desafío con una certeza que se repite cada vez más en la conversación futbolera nacional: hay plantel. Atrás quedaron los años en que una baja en la oncena titular era sinónimo de preocupación. Hoy, la banca de suplentes también promete.

Lo dijo Jean Beausejour, lo comentan los medios, lo perciben los hinchas. La Roja tiene fondo de armario, y eso en torneos exigentes como la Copa América puede marcar la diferencia. Ya no se trata solo de once nombres que entran a la cancha. Se trata de un grupo amplio, competitivo, con variantes y perfiles distintos.

Basta mirar las alternativas. Jugadores que en otros tiempos eran fijos en la titular hoy esperan su oportunidad con humildad y hambre. Jóvenes que vienen empujando fuerte, experimentados con rodaje internacional, especialistas en roles clave. Todos con una misma misión: sumar cuando les toque.

Esta profundidad de plantel permite soñar con rotaciones sin perder nivel, con estrategias flexibles, con la capacidad de adaptarse a distintos rivales. Pero también es una señal del trabajo serio que se viene haciendo en la interna. Gareca ha logrado algo que parecía perdido: armar un equipo con competencia interna sana, sin egos desbordados y con roles bien definidos.

Chile no solo tiene una generación nueva en crecimiento. También tiene nombres consolidados, y sobre todo, un cuerpo técnico que cree en el colectivo por sobre las individualidades.

El torneo está a la vuelta de la esquina. Y si bien los partidos se ganan en la cancha, contar con una banca fuerte es una ventaja táctica, emocional y estratégica.

Hay plantel. Y con eso, hay motivos para ilusionarse.

Hay que cuidar el fútbol: el llamado de quienes aman este juego

Por estos días, donde la polémica, la desinformación y los intereses cruzados parecen tomar protagonismo en el fútbol chileno, una frase vuelve a tomar fuerza: hay que cuidar el fútbol. No se trata de una consigna vacía, sino de un llamado urgente desde dentro del mismo deporte.

Porque el fútbol no solo se juega en la cancha. Se juega en los pasillos de los clubes, en las oficinas de los dirigentes, en las decisiones de los árbitros y en el relato de los medios. Se juega también en la relación con los hinchas, en la credibilidad del torneo, en el respeto por los valores que le dieron sentido a este juego desde sus inicios.

La reflexión es clara: si no se protege el espíritu del fútbol, lo demás pierde valor. Si se privilegia la conveniencia por sobre la justicia deportiva, si se manipula el reglamento según la camiseta, si se debilita la transparencia institucional, el espectáculo termina vaciándose.

Y por eso, figuras del entorno futbolero —jugadores, entrenadores, periodistas— han levantado la voz. No desde la polémica gratuita, sino desde la preocupación real. Porque saben que cuando el fútbol se mancha, pierde su conexión con la gente. Y sin esa conexión, no queda nada.

Cuidar el fútbol es respetar al hincha. Es no banalizar las reglas. Es formar con ética. Es mirar a largo plazo. Es exigir lo mismo a todos. Es entender que detrás de cada partido hay historia, hay esfuerzo, hay comunidad.

Hoy, más que nunca, esa frase debe dejar de ser un eslogan y convertirse en acción. Porque cuidar el fútbol es cuidarnos a todos. A los que jugamos, a los que relatamos, a los que soñamos.

Y si aún hay tiempo, cuidémoslo. Antes de que sea tarde.