Mortero Aravena: ¡Felices 67, leyenda inmortal!

Mortero Aravena: ¡Felices 67, leyenda inmortal!

El fútbol chileno está de fiesta. Un día como hoy, pero de 1958, nació una de sus más grandes figuras: Jorge Orlando Antonio Aravena Plaza, el inolvidable "Mortero", quien celebra sus 67 años. Leyenda de Universidad Católica, del Deportivo Cali colombiano y del Puebla mexicano, su legado sigue vigente y es recordado con admiración.

La carrera de Aravena estuvo plagada de éxitos y goles memorables. En 1983, se consagró como el máximo goleador nacional con la impresionante cifra de 58 tantos. Además, su mágica zurda patentó la increíble cantidad de 62 goles de tiro libre, una marca que agiganta su leyenda como uno de los mejores especialistas en la historia del balompié.

Entre sus varias hazañas deportivas, una brilla con luz propia y este año cumple cuatro décadas: el denominado "Gol Imposible". Una verdadera obra de arte que la propia FIFA reconoció y que resuena con fuerza en la memoria colectiva de los aficionados. Aquellas jugadas donde, quizás como evoca algún relato de la época, "Nadie le hace mucho caso. Aravena adentro", demostraban su genial capacidad para sorprender y definir con una maestría única, dejando boquiabiertos a rivales y espectadores.

Desde Minuto 90, nos sumamos con entusiasmo a las múltiples felicitaciones para el "Mortero Inmortal". Un ícono que trascendió camisetas y fronteras, dejando una huella imborrable en la rica historia del fútbol. ¡Feliz cumpleaños, Jorge Aravena!

El fútbol chileno está de fiesta. Un día como hoy, pero de 1958, nació una de sus más grandes figuras: Jorge Orlando Antonio Aravena Plaza, el inolvidable "Mortero", quien celebra sus 67 años. Leyenda de Universidad Católica, del Deportivo Cali colombiano y del Puebla mexicano, su legado sigue vigente y es recordado con admiración.

La carrera de Aravena estuvo plagada de éxitos y goles memorables. En 1983, se consagró como el máximo goleador nacional con la impresionante cifra de 58 tantos. Además, su mágica zurda patentó la increíble cantidad de 62 goles de tiro libre, una marca que agiganta su leyenda como uno de los mejores especialistas en la historia del balompié.

Entre sus varias hazañas deportivas, una brilla con luz propia y este año cumple cuatro décadas: el denominado "Gol Imposible". Una verdadera obra de arte que la propia FIFA reconoció y que resuena con fuerza en la memoria colectiva de los aficionados. Aquellas jugadas donde, quizás como evoca algún relato de la época, "Nadie le hace mucho caso. Aravena adentro", demostraban su genial capacidad para sorprender y definir con una maestría única, dejando boquiabiertos a rivales y espectadores.

Desde Minuto 90, nos sumamos con entusiasmo a las múltiples felicitaciones para el "Mortero Inmortal". Un ícono que trascendió camisetas y fronteras, dejando una huella imborrable en la rica historia del fútbol. ¡Feliz cumpleaños, Jorge Aravena!

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El legado de Sócrates: cuando el fútbol también fue revolución

No todos los ídolos se construyen a partir de títulos. Algunos lo hacen desde la conciencia, desde la valentía, desde la historia. Sócrates, el “Doctor”, fue uno de esos. Un jugador que no solo fue símbolo de talento dentro de la cancha, sino también de resistencia fuera de ella.

En plena dictadura militar en Brasil, mientras el país vivía tiempos oscuros, Sócrates lideró un movimiento inédito en el fútbol profesional: la Democracia Corinthiana. En un mundo donde el jugador solía ser objeto de decisiones ajenas, el “Doctor” y sus compañeros impulsaron una forma de autogobierno al interior del club Corinthians. Cada voto valía lo mismo: desde la estrella del equipo hasta el utilero. Entrenar o no entrenar, concentrar o no concentrar, fichajes, decisiones estratégicas: todo se decidía democráticamente.

Pero lo que comenzó como una forma interna de organización, pronto se convirtió en una bandera. Sócrates utilizó su voz, su prestigio y su inteligencia para enviar un mensaje: el fútbol también puede ser una plataforma de cambio. En un país censurado, el Corinthians se convirtió en símbolo de libertad.

Las camisetas negras llevaban inscritas frases como “Democracia” y los jugadores alzaban sus puños en alto antes de cada partido. En las tribunas, miles de brasileños encontraron un espacio para expresar lo que no podían decir en las calles. Y Sócrates era el rostro de esa revolución.

Podría haberse ido a Europa, pero se quedó. Porque entendía que su lugar estaba ahí, donde el fútbol podía servir para algo más que ganar partidos. Y aunque nunca levantó una Copa del Mundo, su legado es aún más profundo.

Hoy, cuando se habla de activismo en el deporte, cuando los jugadores se manifiestan por justicia, por equidad, por dignidad, hay que mirar hacia atrás. Y ahí estará Sócrates, con su cabeza levantada, con su brazalete al brazo, recordándonos que un gol puede valer mucho, pero una idea clara puede cambiarlo todo.

El legado de Sócrates no se mide en trofeos. Se mide en conciencia. Y sigue más vivo que nunca.