La Roja sufre, gana y sueña con semis

La Roja sufre, gana y sueña con semis

Desde Quito, nuestra corresponsal Grace Lazcano trae el análisis del sufrido pero vital triunfo de la Selección Chilena Femenina sobre Ecuador, una victoria que mantiene intactas las esperanzas de La Roja de clasificar a las semifinales del torneo.

El equipo chileno, que estaba obligado a sumar de a tres tras la derrota inicial ante Argentina, vivió un primer tiempo cuesta arriba. A los 23 minutos, las locales se pusieron en ventaja mediante un lanzamiento penal. Sin embargo, la reacción de Chile no se hizo esperar: al minuto 33, un golazo de Sonya Keefe devolvió la paridad al marcador. Justo en los descuentos de la primera mitad, Nayadet López Opazo apareció para anotar el 2-1 definitivo, desatando la alegría en la banca nacional.

En el segundo tiempo, La Roja tuvo que manejar el resultado y sufrió una baja sensible, cuando una de sus jugadoras tuvo que abandonar el campo en ambulancia debido a una concusión, siendo reemplazada. Además, el cuerpo técnico movió las piezas con el ingreso de Rosario Balmaceda por Michelle Acevedo, quien ya tenía tarjeta amarilla, en una modificación clave para aguantar la presión.

Con este resultado, Chile se posiciona en el segundo lugar del grupo y ahora se prepara para un duelo decisivo. El próximo rival será Uruguay, en un partido que se disputará este jueves a las 20:00 horas. Será un encuentro donde La Roja se jugará el todo o nada para asegurar un cupo en la ronda de las cuatro mejores.

Desde Quito, nuestra corresponsal Grace Lazcano trae el análisis del sufrido pero vital triunfo de la Selección Chilena Femenina sobre Ecuador, una victoria que mantiene intactas las esperanzas de La Roja de clasificar a las semifinales del torneo.

El equipo chileno, que estaba obligado a sumar de a tres tras la derrota inicial ante Argentina, vivió un primer tiempo cuesta arriba. A los 23 minutos, las locales se pusieron en ventaja mediante un lanzamiento penal. Sin embargo, la reacción de Chile no se hizo esperar: al minuto 33, un golazo de Sonya Keefe devolvió la paridad al marcador. Justo en los descuentos de la primera mitad, Nayadet López Opazo apareció para anotar el 2-1 definitivo, desatando la alegría en la banca nacional.

En el segundo tiempo, La Roja tuvo que manejar el resultado y sufrió una baja sensible, cuando una de sus jugadoras tuvo que abandonar el campo en ambulancia debido a una concusión, siendo reemplazada. Además, el cuerpo técnico movió las piezas con el ingreso de Rosario Balmaceda por Michelle Acevedo, quien ya tenía tarjeta amarilla, en una modificación clave para aguantar la presión.

Con este resultado, Chile se posiciona en el segundo lugar del grupo y ahora se prepara para un duelo decisivo. El próximo rival será Uruguay, en un partido que se disputará este jueves a las 20:00 horas. Será un encuentro donde La Roja se jugará el todo o nada para asegurar un cupo en la ronda de las cuatro mejores.

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Chile pierde ante Paraguay y se encienden las alarmas

Gareca se equivoca otra vez

Por Renzo Luvecce

La Roja no levanta cabeza. En un duelo clave para medir el pulso del nuevo proceso, Chile cayó ante Paraguay y dejó más dudas que certezas. El resultado no solo golpea el ánimo del equipo, también enciende las alarmas de cara a lo que viene: el inicio de la Copa América.

Bajo la dirección de Ricardo Gareca, la selección chilena intenta reconstruirse, pero la derrota ante los guaraníes deja sensaciones preocupantes. No hubo ideas claras, el equipo lució desconectado, falto de profundidad y sin liderazgo visible en el campo.

Más allá del marcador, lo que más inquieta es la falta de identidad. Esa que en otros tiempos marcaba diferencias, hoy parece diluirse partido a partido. Gareca, un técnico reconocido por imprimir carácter y orden a sus equipos, aún no logra encontrar una fórmula que saque lo mejor de esta generación en transición.

El tiempo apremia. La Copa América está a la vuelta de la esquina, y Chile no puede permitirse llegar sin confianza ni funcionamiento. El margen de error es mínimo, y los próximos días serán clave para ajustar piezas y recuperar la convicción.

Mientras tanto, la hinchada observa con escepticismo. Porque cuando se pierde, todo se cuestiona: el sistema, los nombres, las decisiones. Pero más allá del ruido, hay una verdad que se impone: Chile necesita reaccionar. Y rápido.

Porque en este momento, más que nunca, estamos al horno.

Asumir la realidad: la frase que Chile no quiere escuchar

Un sentido de realidad

Por Grace Lazcano

Tanto nos va a costar tener un sentido de realidad. La frase golpea como un pelotazo al pecho. No viene de un comentarista extranjero, ni de un hater en redes. Viene desde dentro. De uno de los nuestros. Y por eso duele más.

Este video que ha dado vueltas por Instagram no es cualquier opinión pasajera. Es una declaración que cala hondo. Que retrata a la perfección lo que vive el fútbol chileno hoy: un momento de autoengaño. De evasión colectiva. De excusas repetidas.

No es casual que se vuelva viral. Porque habla sin rodeos del verdadero problema: Chile sigue actuando como si estuviera en la élite, cuando la realidad grita otra cosa. Fracasos en torneos juveniles, técnicos que no duran, jugadores que se pierden entre decisiones mal tomadas y un medio que sigue viviendo del pasado.

La generación dorada fue una excepción, no la regla. Y cada vez que se recuerda con nostalgia ese 2015 o 2016, se refuerza la distancia con lo que somos hoy. Porque mientras otros países invierten en fútbol formativo, infraestructura y gestión moderna, en Chile seguimos peleando por calendarios, cupos extranjeros y el VAR.

¿Tanto nos va a costar tener un sentido de realidad? Sí. Nos cuesta aceptar que ya no asustamos. Que no somos favoritos. Que hay que reconstruir desde abajo, sin promesas vacías ni nombres rimbombantes.

Pero esa aceptación puede ser también el punto de partida. Porque cuando se asume la realidad, se puede empezar a transformarla. Ya no desde la ilusión, sino desde el trabajo. Ya no desde el mito, sino desde el futuro.

El video no es solo una crítica. Es un llamado. Uno que resuena en estadios vacíos, en canchas de tierra, en conversaciones de sobremesa. Uno que incomoda, pero que necesitamos escuchar.

Porque solo así, dejando de engañarnos, podemos volver a creer en lo que algún día fuimos. Y en lo que podríamos volver a ser.