Hinchas en el Centenario: ¿Qué es Colo Colo para ti?

Hinchas en el Centenario: ¿Qué es Colo Colo para ti?

En el contexto de los 100 años de historia del club, le preguntamos a los colocolinos y colocolinas qué significa el Cacique en sus vidas, cuáles son sus recuerdos más preciados y cómo nació esa pasión incondicional.

Las respuestas fueron un torrente de emociones, donde la familia y la herencia juegan un papel fundamental. "Para mí Colo Colo es un niño feliz compartiendo con su papá", confesó un fanático, mientras otro hincha recordó cómo su madre lo marcó "cuando fuimos campeones en la quiebra". La figura paterna es un lazo fuerte: "cuando ganamos la Libertadores en los brazos de mi papá. Y ahora que está arriba en el cielo, me sigue acompañando ahí en el estadio", compartió un emocionado seguidor. Para muchos, el amor por el club es algo que se lleva desde el "Nacimiento, de la casa prácticamente".

Más allá de los lazos sanguíneos, ser de Colo Colo es una identidad. "Significa ser del pueblo, significa ser chileno, significa sentirse un guerrero de corazón. Ese es un colo colino", afirmó un hincha, resumiendo un sentir popular. Los momentos de gloria están tatuados en la memoria colectiva: la Copa Libertadores de 1991 es un recuerdo imborrable, "La Copa Libertadores fue lindo porque salimos con mi familia a celebrar a Plaza Italia". También se evocaron "los golazos del Mati, del Chupete" y el "último partido del Mati Fernández" en la Sudamericana.

Los ídolos son parte esencial de esta historia. Nombres como Carlos Caszely, Esteban Paredes, Mario Galindo, Marcelo Barticciotto e Iván "Bam Bam" Zamorano resuenan con fuerza, al igual que Matías Fernández, descrito por un fanático como "Mejor que Messi, mejor que Cristiano, mejor que todo". La pasión no conoce fronteras ni obstáculos: "Vengo de Punta Arena, he viajado a Brasil y Argentina a ver al Colo", relató un hincha. Es un compromiso que se mantiene intacto, como el de aquel que es seguidor "Del año 78 más o menos".

En definitiva, para su gente, Colo Colo "transmite eso, familia, pasión, piel, amor, todo por Colo Colo viejo". Es "un estilo de vida, una forma de ser, una forma de vivir", una pasión que se lleva "dentro del corazón".

Y tú, ¿Cómo te hiciste colocolino & colocolina? 🤟🏼

En el contexto de los 100 años de historia del club, le preguntamos a los colocolinos y colocolinas qué significa el Cacique en sus vidas, cuáles son sus recuerdos más preciados y cómo nació esa pasión incondicional.

Las respuestas fueron un torrente de emociones, donde la familia y la herencia juegan un papel fundamental. "Para mí Colo Colo es un niño feliz compartiendo con su papá", confesó un fanático, mientras otro hincha recordó cómo su madre lo marcó "cuando fuimos campeones en la quiebra". La figura paterna es un lazo fuerte: "cuando ganamos la Libertadores en los brazos de mi papá. Y ahora que está arriba en el cielo, me sigue acompañando ahí en el estadio", compartió un emocionado seguidor. Para muchos, el amor por el club es algo que se lleva desde el "Nacimiento, de la casa prácticamente".

Más allá de los lazos sanguíneos, ser de Colo Colo es una identidad. "Significa ser del pueblo, significa ser chileno, significa sentirse un guerrero de corazón. Ese es un colo colino", afirmó un hincha, resumiendo un sentir popular. Los momentos de gloria están tatuados en la memoria colectiva: la Copa Libertadores de 1991 es un recuerdo imborrable, "La Copa Libertadores fue lindo porque salimos con mi familia a celebrar a Plaza Italia". También se evocaron "los golazos del Mati, del Chupete" y el "último partido del Mati Fernández" en la Sudamericana.

Los ídolos son parte esencial de esta historia. Nombres como Carlos Caszely, Esteban Paredes, Mario Galindo, Marcelo Barticciotto e Iván "Bam Bam" Zamorano resuenan con fuerza, al igual que Matías Fernández, descrito por un fanático como "Mejor que Messi, mejor que Cristiano, mejor que todo". La pasión no conoce fronteras ni obstáculos: "Vengo de Punta Arena, he viajado a Brasil y Argentina a ver al Colo", relató un hincha. Es un compromiso que se mantiene intacto, como el de aquel que es seguidor "Del año 78 más o menos".

En definitiva, para su gente, Colo Colo "transmite eso, familia, pasión, piel, amor, todo por Colo Colo viejo". Es "un estilo de vida, una forma de ser, una forma de vivir", una pasión que se lleva "dentro del corazón".

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Beausejour y la revancha personal que se celebra en silencio

Hay momentos en la carrera de un futbolista que no aparecen en los titulares, pero que lo cambian todo. Jean Beausejour vivió uno de esos instantes cuando, en plena concentración con la Selección Chilena, se enteró de que finalmente iba a ser titular. No era un partido cualquiera, no era una alineación más. Era la confirmación de que el trabajo, muchas veces silencioso y fuera de foco, finalmente había rendido frutos.

“Yo le había dicho a un par de compañeros que iba a jugar”, confesó tiempo después. Pero su reacción no fue de euforia ni de alegría desbordada. Fue de determinación. “No me vengan a abrazar ahora”, soltó. Porque Beausejour sabía que el fútbol está lleno de momentos en que se aplaude tarde, cuando la convicción ya viene de antes.

El lateral izquierdo, símbolo de la Generación Dorada, siempre tuvo una relación especial con la Roja. Con dos Mundiales encima, títulos con la camiseta de Chile y una carrera forjada con esfuerzo, su recorrido ha sido más de constancia que de flashes. Y en ese partido, cuando todos esperaban a otro, él demostró que todavía estaba para competir al más alto nivel.

Ese “no me vengan a abrazar ahora” no fue un desprecio. Fue una sentencia. Un mensaje para quienes dudan, para quienes aplauden solo cuando el éxito ya es evidente. Porque Beausejour nunca necesitó aprobación externa para rendir. Su motivación venía de adentro, de ese fuego que arde en los verdaderos profesionales.

En tiempos donde las carreras se construyen a golpe de viralizaciones y marketing, Beausejour nos recuerda que el fútbol sigue premiando a los que no bajan los brazos. A los que se preparan cuando nadie los ve. A los que hablan menos y corren más.

Y en silencio, como tantas veces, volvió a ganarse el respeto de todos.

Bilardo: la mente maestra que cambió la historia del fútbol argentino

Carlos Salvador Bilardo no fue simplemente un entrenador. Fue una mente brillante, un estratega que entendió el fútbol como pocos y que marcó a fuego a generaciones de jugadores y entrenadores. Su legado trasciende títulos: vive en la forma de jugar, de pensar y de sentir este deporte.

En 1986, llevó a la selección argentina a lo más alto del planeta. Su sociedad con Diego Maradona es una de las más legendarias del fútbol mundial. Pero más allá del campeonato, lo que dejó fue una manera de entender el juego: obsesiva, táctica, inteligente. Con Bilardo, nada quedaba al azar. Cada detalle contaba, cada movimiento tenía un porqué.

Sus métodos fueron cuestionados por muchos y celebrados por otros tantos. No era un técnico convencional. Podía hablar de alineaciones en una boda o cambiar un esquema en plena madrugada. Vivía para el fútbol, y el fútbol vivía en él. Desde el Estudiantes campeón de América en los años 60 hasta su obra maestra en México 86, su sello fue inconfundible.

Lo llamaban “el Doctor”, no solo por su título en medicina, sino por la precisión quirúrgica con la que diseccionaba los partidos. Cada jugada tenía detrás horas de estudio, cada resultado era producto de un plan meticulosamente ejecutado.

En tiempos donde el espectáculo muchas veces se impone a la táctica, recordar a Bilardo es volver a las raíces de un fútbol pensado, estudiado y apasionado. Su influencia sigue presente en nombres como Diego Simeone, Néstor Pekerman y tantos otros que bebieron de su sabiduría.

Carlos Salvador Bilardo no solo ganó una Copa del Mundo. Ganó el respeto eterno de quienes entienden que, en el fútbol, la cabeza es tan importante como los pies.