Hijo del Chupete Suazo le anota a Colo Colo

Hijo del Chupete Suazo le anota a Colo Colo

Una curiosa situación se vivió en las canchas del Estadio Monumental, protagonizado por la categoría Sub 12 de San Luis de Quillota. En su enfrentamiento contra Colo Colo, el joven "Chuy" Suazo, hijo de nada menos que Humberto Suazo, anotó para los Canarios.

El tema es que el retoño de Chupete, emblema albo en la primera década del siglo, celebró con todo, incluso imitando el festejo de gol de Leandro Fernández, actual figura de Universidad de Chile.

Esto aleona los rumores respecto al real fanatismo de Humberto Suazo.

Sin embargo, la alegría inicial no se pudo sostener durante todo el encuentro. Pese al esfuerzo y el destacado gol de Suazo, el equipo de Colo Colo Sub 12 demostró su poderío y terminó imponiéndose con un contundente marcador final de 8-1. El registro del gol fue captado y difundido por Colo Colo TV.

Una curiosa situación se vivió en las canchas del Estadio Monumental, protagonizado por la categoría Sub 12 de San Luis de Quillota. En su enfrentamiento contra Colo Colo, el joven "Chuy" Suazo, hijo de nada menos que Humberto Suazo, anotó para los Canarios.

El tema es que el retoño de Chupete, emblema albo en la primera década del siglo, celebró con todo, incluso imitando el festejo de gol de Leandro Fernández, actual figura de Universidad de Chile.

Esto aleona los rumores respecto al real fanatismo de Humberto Suazo.

Sin embargo, la alegría inicial no se pudo sostener durante todo el encuentro. Pese al esfuerzo y el destacado gol de Suazo, el equipo de Colo Colo Sub 12 demostró su poderío y terminó imponiéndose con un contundente marcador final de 8-1. El registro del gol fue captado y difundido por Colo Colo TV.

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¿Messi albo? El fanatismo no tiene fronteras

En el mundo del fútbol hay devociones que no conocen de límites geográficos ni camisetas. Y a veces, las redes sociales nos regalan momentos en los que esas pasiones se cruzan de forma insólita y divertida. Tal es el caso de un usuario que, con una edición creativa, vistió a Lionel Messi con la camiseta de Colo Colo, desatando una ola de comentarios y risas entre los hinchas.

“Finalmente, Messi de Colo Colo”, decía la imagen que rápidamente se viralizó. No era una noticia real, por supuesto, pero sí un reflejo perfecto de lo que representa el ídolo argentino para millones de fanáticos: un jugador tan grande que cualquiera querría verlo en su equipo, aunque sea por un segundo, aunque sea por un meme.

Lo interesante es cómo una simple intervención digital puede generar tanta interacción. Porque más allá del chiste, el gesto abre una puerta al imaginario colectivo del hincha. Ese que sueña en grande, que se imagina escenarios imposibles, que se permite por un momento vivir una fantasía futbolera.

Y ahí está el valor. En una época donde las redes están cargadas de polémicas, insultos y divisiones, este tipo de publicaciones le devuelven al fútbol su costado lúdico. Nos recuerdan que también se trata de jugar, de reírse, de soñar.

Messi, por supuesto, seguirá su carrera lejos de Macul. Pero el impacto de su figura es tal que hasta los albos más exigentes se dan el gusto de imaginarlo con la 10 blanca en la espalda.

Porque en el fútbol, todo puede pasar. Y si no pasa, siempre se puede editar.

Como en los viejos tiempos: Pirlo y el eterno arte de patear un tiro libre

Hay jugadores que no necesitan presentación. Basta verlos pararse frente a un balón detenido para saber que algo especial está por ocurrir. Andrea Pirlo es uno de ellos.

Esta semana, una imagen recorrió las redes: un tiro libre ejecutado con maestría, sin carreras innecesarias, sin trucos modernos. Solo talento puro. El balón se eleva por sobre la barrera y se cuela en el ángulo con esa curva lenta y elegante que tanto lo caracterizó. El estadio, aunque sea en un amistoso, se rinde ante la magia.

No es un partido oficial. Ni siquiera una competencia de alto nivel. Pero no importa. Porque cuando el fútbol se convierte en arte, el contexto es secundario. Lo que vimos fue un guiño al pasado, un momento que recordó por qué Pirlo marcó una época.

El gol fue ante Tottenham Hotspur, vistiendo la camiseta de su querido AC Milan en un partido de leyendas. Y aunque las piernas ya no se muevan como antes, el cerebro sigue siendo el mismo. Esa lectura del juego, esa ejecución quirúrgica. Como si el tiempo no pasara.

Pirlo fue mucho más que un mediocampista elegante. Fue un arquitecto en medio del caos. Un jugador que hacía simple lo complejo. Que transformó los tiros libres en pinceladas. Y ver que, incluso hoy, puede repetirlo con esa naturalidad, nos recuerda por qué lo admiramos.

Este tipo de momentos conectan con la nostalgia. Con los domingos de Serie A en la televisión, con los penales a lo Panenka en Mundiales, con el mediocampo de Italia que tocaba como si jugara al ajedrez.

En tiempos de intensidad desbordante, de transiciones eléctricas y pressing asfixiante, ver a Pirlo volver a hacer lo suyo es un regalo. Un suspiro. Un homenaje al fútbol pensado, pausado y preciso.

Como en los viejos tiempos. Y ojalá no sea la última vez.