Estadio Nacional: Inclusión TEA en el deporte

Estadio Nacional: Inclusión TEA en el deporte

En el marco del Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, celebrado cada 2 de abril, es fundamental destacar iniciativas que promueven la inclusión en todos los ámbitos, y el deporte no es la excepción. El Estadio Nacional se erige como un pionero en Chile con su innovadora Sala TEA, un espacio especialmente diseñado para personas que pertenecen al espectro autista.

Esta sala, ubicada en el cuarto piso del Coliseo Central, es la primera de su tipo en el país y la segunda en Sudamérica, siguiendo modelos implementados con éxito en estadios europeos. Su objetivo es ofrecer una experiencia amigable, segura y cómoda para todos aquellos que poseen hipersensibilidad auditiva dentro del espectro autista, permitiéndoles disfrutar de los eventos deportivos sin barreras.

La Sala TEA cuenta con una vista privilegiada y está equipada con iluminación regulable, aislamiento acústico y equipamiento especial para garantizar un entorno adaptado y accesible. Desde su apertura, más de 370 personas han podido vivir la emoción del deporte en este espacio inclusivo. Como bien se destaca, el Parque Estadio Nacional busca ser un lugar "de todos, un espacio inclusivo para vivir el deporte sin límites".

En el marco del Día Mundial de la Concienciación sobre el Autismo, celebrado cada 2 de abril, es fundamental destacar iniciativas que promueven la inclusión en todos los ámbitos, y el deporte no es la excepción. El Estadio Nacional se erige como un pionero en Chile con su innovadora Sala TEA, un espacio especialmente diseñado para personas que pertenecen al espectro autista.

Esta sala, ubicada en el cuarto piso del Coliseo Central, es la primera de su tipo en el país y la segunda en Sudamérica, siguiendo modelos implementados con éxito en estadios europeos. Su objetivo es ofrecer una experiencia amigable, segura y cómoda para todos aquellos que poseen hipersensibilidad auditiva dentro del espectro autista, permitiéndoles disfrutar de los eventos deportivos sin barreras.

La Sala TEA cuenta con una vista privilegiada y está equipada con iluminación regulable, aislamiento acústico y equipamiento especial para garantizar un entorno adaptado y accesible. Desde su apertura, más de 370 personas han podido vivir la emoción del deporte en este espacio inclusivo. Como bien se destaca, el Parque Estadio Nacional busca ser un lugar "de todos, un espacio inclusivo para vivir el deporte sin límites".

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Beausejour y la revancha personal que se celebra en silencio

Hay momentos en la carrera de un futbolista que no aparecen en los titulares, pero que lo cambian todo. Jean Beausejour vivió uno de esos instantes cuando, en plena concentración con la Selección Chilena, se enteró de que finalmente iba a ser titular. No era un partido cualquiera, no era una alineación más. Era la confirmación de que el trabajo, muchas veces silencioso y fuera de foco, finalmente había rendido frutos.

“Yo le había dicho a un par de compañeros que iba a jugar”, confesó tiempo después. Pero su reacción no fue de euforia ni de alegría desbordada. Fue de determinación. “No me vengan a abrazar ahora”, soltó. Porque Beausejour sabía que el fútbol está lleno de momentos en que se aplaude tarde, cuando la convicción ya viene de antes.

El lateral izquierdo, símbolo de la Generación Dorada, siempre tuvo una relación especial con la Roja. Con dos Mundiales encima, títulos con la camiseta de Chile y una carrera forjada con esfuerzo, su recorrido ha sido más de constancia que de flashes. Y en ese partido, cuando todos esperaban a otro, él demostró que todavía estaba para competir al más alto nivel.

Ese “no me vengan a abrazar ahora” no fue un desprecio. Fue una sentencia. Un mensaje para quienes dudan, para quienes aplauden solo cuando el éxito ya es evidente. Porque Beausejour nunca necesitó aprobación externa para rendir. Su motivación venía de adentro, de ese fuego que arde en los verdaderos profesionales.

En tiempos donde las carreras se construyen a golpe de viralizaciones y marketing, Beausejour nos recuerda que el fútbol sigue premiando a los que no bajan los brazos. A los que se preparan cuando nadie los ve. A los que hablan menos y corren más.

Y en silencio, como tantas veces, volvió a ganarse el respeto de todos.