Correa: "No nos pueden quitar los puntos"

Correa: "No nos pueden quitar los puntos"

Tras el empate de Colo Colo frente a Racing por la Copa Libertadores, el delantero albo Javier Correa se sumó a las palabras de Arturo Vidal y alzó la voz, manifestando su descontento por la decisión de haber disputado el partido anterior frente a Fortaleza, en un contexto que, según él, no lo permitía.

Correa fue enfático: "Nosotros no hicimos nada incorrecto. Ellos ya sabían qué pasaba afuera. No se debió jugar", refiriéndose a la situación vivida en el duelo contra el equipo brasileño, marcada por trágicos sucesos. El atacante teme una posible sanción: "Ahora que nos va a sancionar nosotros, la más fácil. No te pueden quitar los puntos. ¿Si no hicimos nada nosotros, castigarnos nosotros por qué? ¿Qué hicimos de mal?".

El jugador argumentó con dureza la inviabilidad de jugar bajo esas circunstancias: "Si se mueren dos personas no se puede jugar la pelota. Alguno tendrá hijo, sobrino y es lamentable que pase una cosa así. No se puede". Además, Correa criticó directamente el criterio de la Conmebol: "Sí, sabían, porque si sabían no se tiene que jugar, es la más fácil. La Conmebol siempre hace la más fácil. Tiene que aplicar el sentido común. Volvemos a jugar si quiere", sugiriendo incluso una reprogramación.

Finalmente, el delantero albo reflexionó sobre el impacto emocional en los jugadores y realizó un llamado a la conciencia de los hinchas: "Saber que se habían muerto dos personas, casi de la misma edad de mis hijos, no es fácil. No somos una máquina, nosotros también sentimos (...) La gente que no tenía entrada o no tenga entrada de acá a futuro, que no venga. No venga porque la pagan los otros. Hay que ser consciente, pensar".

Tras el empate de Colo Colo frente a Racing por la Copa Libertadores, el delantero albo Javier Correa se sumó a las palabras de Arturo Vidal y alzó la voz, manifestando su descontento por la decisión de haber disputado el partido anterior frente a Fortaleza, en un contexto que, según él, no lo permitía.

Correa fue enfático: "Nosotros no hicimos nada incorrecto. Ellos ya sabían qué pasaba afuera. No se debió jugar", refiriéndose a la situación vivida en el duelo contra el equipo brasileño, marcada por trágicos sucesos. El atacante teme una posible sanción: "Ahora que nos va a sancionar nosotros, la más fácil. No te pueden quitar los puntos. ¿Si no hicimos nada nosotros, castigarnos nosotros por qué? ¿Qué hicimos de mal?".

El jugador argumentó con dureza la inviabilidad de jugar bajo esas circunstancias: "Si se mueren dos personas no se puede jugar la pelota. Alguno tendrá hijo, sobrino y es lamentable que pase una cosa así. No se puede". Además, Correa criticó directamente el criterio de la Conmebol: "Sí, sabían, porque si sabían no se tiene que jugar, es la más fácil. La Conmebol siempre hace la más fácil. Tiene que aplicar el sentido común. Volvemos a jugar si quiere", sugiriendo incluso una reprogramación.

Finalmente, el delantero albo reflexionó sobre el impacto emocional en los jugadores y realizó un llamado a la conciencia de los hinchas: "Saber que se habían muerto dos personas, casi de la misma edad de mis hijos, no es fácil. No somos una máquina, nosotros también sentimos (...) La gente que no tenía entrada o no tenga entrada de acá a futuro, que no venga. No venga porque la pagan los otros. Hay que ser consciente, pensar".

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La Copa es otra cosa: pasión, mística y presión máxima

La Copa es otra cosa. Esa fue la frase más repetida en los comentarios tras el arranque de una nueva edición del certamen más importante a nivel de clubes del continente. No es solo un torneo más. Es una competencia donde cada segundo cuenta, donde la presión es distinta y donde el fútbol se vive con una intensidad inigualable.

Así lo reconocieron los propios protagonistas, quienes coinciden en que disputar la Copa Libertadores no se parece a nada. “Se juega con otra mística, con otra garra, con otra pasión”, decían algunos. Y es que en esta competencia no basta con talento. Se necesita carácter, convicción, temple para resistir y audacia para ir a buscar.

Los errores se pagan más caro. Los triunfos se celebran con más alma. Cada partido es una final. Y eso se refleja en la cancha y en la tribuna. La Copa es un escenario donde nacen ídolos y también donde se derrumban certezas.

Chile, que sabe de gloria reciente en esta competencia, enfrenta un nuevo desafío con una generación en plena transición. El recuerdo de las Copas ganadas en 2015 y 2016 sigue vivo, pero el presente exige nuevos nombres, nuevas historias.

Y ahí está el punto clave: en la Copa no hay margen. La exigencia es máxima. Pero también lo es la oportunidad. Cada jugador que entra sabe que puede dejar huella, que puede ganarse un lugar en la memoria colectiva.

Porque sí, la Copa es otra cosa. Y quien no lo entienda, no dura mucho.

Y para quienes la siguen desde afuera, también es especial. Cada gol, cada polémica, cada momento tenso se vive con el corazón en la mano. Porque cuando el fútbol se juega con esta intensidad, se transforma en algo más que un deporte: se transforma en identidad.