La sinceridad de un niño tras la tragedia Monumental

La sinceridad de un niño tras la tragedia Monumental

La desazón se apoderó de los hinchas de Colo Colo tras una jornada para el olvido en el Estadio Monumental. Más allá de lo sucedido en las afueras del estadio, con la lamentable muerte de dos hinchas, un niño habló con sinceridad sobre los incidentes ocurridos dentro del terreno de juego. Los verdaderos fanáticos, aquellos que acompañan al equipo en las buenas y en las malas, debieron abandonar el recinto con la amargura de presenciar lo que muchos califican como el "derrumbe de la temporada", especialmente con las miradas puestas en su participación en la Copa Libertadores.

En medio de este complicado escenario, un testimonio recogido por Minuto 90 refleja la frustración y el malestar de algunos asistentes ante el comportamiento de ciertos individuos. "Se cae el techo, siempre pasa lo mismo", lamentó el joven, aludiendo a problemas recurrentes. Denunció que "si uno compra un sector Caupolicán van pasándose", refiriéndose a personas que se movían indebidamente por el estadio.

El mismo aficionado relató con impotencia: "Hoy día vimos nosotros que ellos estaban pasando por la reja, unos locos me quitaron la chaqueta, sí, una chaqueta mía la colgaron allá arriba. Y andan puro haciendo maldades aquí. Ya no vienen al estadio, vienen a asaltar, a cogotear, a tirarle piedra a los carabineros". Además, criticó los tradicionales "arengazos", señalando que "en el arengazo rompen la reja", contribuyendo al deterioro y al ambiente de inseguridad.

La situación deja una profunda reflexión sobre quiénes son los más afectados por estos incidentes: los hinchas que solo desean disfrutar del fútbol. ¿Qué opinas de la opinión de los hinchas y la situación vivida en el Monumental?

La desazón se apoderó de los hinchas de Colo Colo tras una jornada para el olvido en el Estadio Monumental. Más allá de lo sucedido en las afueras del estadio, con la lamentable muerte de dos hinchas, un niño habló con sinceridad sobre los incidentes ocurridos dentro del terreno de juego. Los verdaderos fanáticos, aquellos que acompañan al equipo en las buenas y en las malas, debieron abandonar el recinto con la amargura de presenciar lo que muchos califican como el "derrumbe de la temporada", especialmente con las miradas puestas en su participación en la Copa Libertadores.

En medio de este complicado escenario, un testimonio recogido por Minuto 90 refleja la frustración y el malestar de algunos asistentes ante el comportamiento de ciertos individuos. "Se cae el techo, siempre pasa lo mismo", lamentó el joven, aludiendo a problemas recurrentes. Denunció que "si uno compra un sector Caupolicán van pasándose", refiriéndose a personas que se movían indebidamente por el estadio.

El mismo aficionado relató con impotencia: "Hoy día vimos nosotros que ellos estaban pasando por la reja, unos locos me quitaron la chaqueta, sí, una chaqueta mía la colgaron allá arriba. Y andan puro haciendo maldades aquí. Ya no vienen al estadio, vienen a asaltar, a cogotear, a tirarle piedra a los carabineros". Además, criticó los tradicionales "arengazos", señalando que "en el arengazo rompen la reja", contribuyendo al deterioro y al ambiente de inseguridad.

La situación deja una profunda reflexión sobre quiénes son los más afectados por estos incidentes: los hinchas que solo desean disfrutar del fútbol. ¿Qué opinas de la opinión de los hinchas y la situación vivida en el Monumental?

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La Copa es otra cosa: pasión, mística y presión máxima

La Copa es otra cosa. Esa fue la frase más repetida en los comentarios tras el arranque de una nueva edición del certamen más importante a nivel de clubes del continente. No es solo un torneo más. Es una competencia donde cada segundo cuenta, donde la presión es distinta y donde el fútbol se vive con una intensidad inigualable.

Así lo reconocieron los propios protagonistas, quienes coinciden en que disputar la Copa Libertadores no se parece a nada. “Se juega con otra mística, con otra garra, con otra pasión”, decían algunos. Y es que en esta competencia no basta con talento. Se necesita carácter, convicción, temple para resistir y audacia para ir a buscar.

Los errores se pagan más caro. Los triunfos se celebran con más alma. Cada partido es una final. Y eso se refleja en la cancha y en la tribuna. La Copa es un escenario donde nacen ídolos y también donde se derrumban certezas.

Chile, que sabe de gloria reciente en esta competencia, enfrenta un nuevo desafío con una generación en plena transición. El recuerdo de las Copas ganadas en 2015 y 2016 sigue vivo, pero el presente exige nuevos nombres, nuevas historias.

Y ahí está el punto clave: en la Copa no hay margen. La exigencia es máxima. Pero también lo es la oportunidad. Cada jugador que entra sabe que puede dejar huella, que puede ganarse un lugar en la memoria colectiva.

Porque sí, la Copa es otra cosa. Y quien no lo entienda, no dura mucho.

Y para quienes la siguen desde afuera, también es especial. Cada gol, cada polémica, cada momento tenso se vive con el corazón en la mano. Porque cuando el fútbol se juega con esta intensidad, se transforma en algo más que un deporte: se transforma en identidad.

Menos chimuchina, más acción: el mensaje de Beausejour

En momentos en que el fútbol chileno vive una de sus etapas más confusas, con críticas que llegan desde todos los frentes y con resultados que no acompañan, hay voces que prefieren ir directo al grano. Y una de ellas fue la de Jean Beausejour, quien sin pelos en la lengua lanzó un mensaje que resume lo que muchos piensan: menos chimuchina, más acción.

El exseleccionado nacional, referente de la Generación Dorada y actual comentarista, no se quedó en lugares comunes ni frases decorativas. Su diagnóstico fue claro: la Selección Chilena necesita cambios profundos, y los necesita ya. No basta con declaraciones optimistas ni con diagnósticos repetidos. Se necesita valentía. Se necesita hacer ajustes reales en nombres, esquemas y mentalidades.

La crítica apunta a un problema estructural: se ha hablado demasiado, se ha polemizado hasta el cansancio, pero el rendimiento en cancha no ha mejorado. Y eso, a juicio de muchos, solo se revierte con decisiones difíciles. Dejar de pensar en el pasado glorioso y enfrentar el presente con la crudeza que merece.

El mensaje cala hondo porque viene de alguien que lo vivió desde dentro. Beausejour no habla desde la tribuna, habla desde la experiencia. Desde los vestuarios donde se ganaron Copas América. Desde las derrotas que dolieron y las victorias que unieron a todo un país. Por eso sus palabras tienen peso.

El público también lo siente. La hinchada está cansada de excusas, de discursos vacíos. Quiere ver respuestas en la cancha. Quiere volver a creer.

Y para eso, tal como dijo Bose, hay que cortar con la chimuchina. Es tiempo de mirar al frente, tomar decisiones valientes y volver a construir desde el juego.

Porque si algo le falta hoy a la Roja, no es pasión. Es claridad. Y mucha, mucha acción.