Bilardo: la mente maestra que cambió la historia del fútbol argentino

Bilardo: la mente maestra que cambió la historia del fútbol argentino

Carlos Salvador Bilardo no fue simplemente un entrenador. Fue una mente brillante, un estratega que entendió el fútbol como pocos y que marcó a fuego a generaciones de jugadores y entrenadores. Su legado trasciende títulos: vive en la forma de jugar, de pensar y de sentir este deporte.

En 1986, llevó a la selección argentina a lo más alto del planeta. Su sociedad con Diego Maradona es una de las más legendarias del fútbol mundial. Pero más allá del campeonato, lo que dejó fue una manera de entender el juego: obsesiva, táctica, inteligente. Con Bilardo, nada quedaba al azar. Cada detalle contaba, cada movimiento tenía un porqué.

Sus métodos fueron cuestionados por muchos y celebrados por otros tantos. No era un técnico convencional. Podía hablar de alineaciones en una boda o cambiar un esquema en plena madrugada. Vivía para el fútbol, y el fútbol vivía en él. Desde el Estudiantes campeón de América en los años 60 hasta su obra maestra en México 86, su sello fue inconfundible.

Lo llamaban “el Doctor”, no solo por su título en medicina, sino por la precisión quirúrgica con la que diseccionaba los partidos. Cada jugada tenía detrás horas de estudio, cada resultado era producto de un plan meticulosamente ejecutado.

En tiempos donde el espectáculo muchas veces se impone a la táctica, recordar a Bilardo es volver a las raíces de un fútbol pensado, estudiado y apasionado. Su influencia sigue presente en nombres como Diego Simeone, Néstor Pekerman y tantos otros que bebieron de su sabiduría.

Carlos Salvador Bilardo no solo ganó una Copa del Mundo. Ganó el respeto eterno de quienes entienden que, en el fútbol, la cabeza es tan importante como los pies.

Carlos Salvador Bilardo no fue simplemente un entrenador. Fue una mente brillante, un estratega que entendió el fútbol como pocos y que marcó a fuego a generaciones de jugadores y entrenadores. Su legado trasciende títulos: vive en la forma de jugar, de pensar y de sentir este deporte.

En 1986, llevó a la selección argentina a lo más alto del planeta. Su sociedad con Diego Maradona es una de las más legendarias del fútbol mundial. Pero más allá del campeonato, lo que dejó fue una manera de entender el juego: obsesiva, táctica, inteligente. Con Bilardo, nada quedaba al azar. Cada detalle contaba, cada movimiento tenía un porqué.

Sus métodos fueron cuestionados por muchos y celebrados por otros tantos. No era un técnico convencional. Podía hablar de alineaciones en una boda o cambiar un esquema en plena madrugada. Vivía para el fútbol, y el fútbol vivía en él. Desde el Estudiantes campeón de América en los años 60 hasta su obra maestra en México 86, su sello fue inconfundible.

Lo llamaban “el Doctor”, no solo por su título en medicina, sino por la precisión quirúrgica con la que diseccionaba los partidos. Cada jugada tenía detrás horas de estudio, cada resultado era producto de un plan meticulosamente ejecutado.

En tiempos donde el espectáculo muchas veces se impone a la táctica, recordar a Bilardo es volver a las raíces de un fútbol pensado, estudiado y apasionado. Su influencia sigue presente en nombres como Diego Simeone, Néstor Pekerman y tantos otros que bebieron de su sabiduría.

Carlos Salvador Bilardo no solo ganó una Copa del Mundo. Ganó el respeto eterno de quienes entienden que, en el fútbol, la cabeza es tan importante como los pies.

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Cuando Basile echó al Papa del camarín

Una anécdota increíble une al legendario entrenador argentino Alfio "Coco" Basile con quien años más tarde se convertiría en el Papa Francisco. En 1998, mientras Basile dirigía a San Lorenzo de Almagro, el equipo del cual Jorge Mario Bergoglio es un reconocido hincha, se produjo un particular encuentro en la intimidad del vestuario que el propio "Coco" relató.

Antes de un partido, Basile se encontró con la sorpresa de un cura en el camarín. Según sus palabras, el entonces presidente del club, Fernando Miele, le explicó: "Mirá, Coco, es un cura que viene siempre acá y está acostumbrado a venir y le saluda a cada jugador antes de entrar al partido, fanático". La reacción del técnico fue inmediata y tajante, motivada por la posible desconcentración de sus jugadores y, según el propio Basile, una pizca de superstición: "¿Para qué me vinieron a buscar a mí? No le ganan a nadie. Si me viniste a buscar, echalo ya. Echalo de acá. No quiero ver ningún cura en el vestuario. Echalo. Acá el técnico soy yo. No quiero a nadie que me distraiga a los jugadores, que se vaya el cura".

Años después, la historia tomaría un giro inesperado. Basile cuenta cómo se enteró de la verdadera identidad de aquel sacerdote: "Hola, Coco. ¿Viste quién es el Papa? Me dice. Digo, ¿cómo no voy a saber? El Papa salió en todos lados del mundo... Francisco, dice. No, pero vos no sabés quién es el Papa. No, no sé. Ese es Bergoglio, el que echaste vos del vestuario, cuando lo echaste, ese es el Papa. Una cosa increíble. Lo echaste al Papa. Era Bergoglio en ese momento. Venía siempre a San Lorenzo".

Una historia que mezcla fútbol, fe y una insólita decisión del "Coco" Basile. ¿Qué opinas de su reacción en aquel momento?

Matías Fernández: ¿Fijo en el XI histórico albo?

En el marco del centenario de Colo Colo, el debate sobre el once histórico del club se enciende, y uno de los nombres que genera más discusión es el de Matías Fernández. En el programa Camarín 90, se abordó la interrogante: ¿Hizo lo suficiente el "14 de los blancos" para ganarse un puesto entre las leyendas del Cacique?

Un panelista fue enfático al señalar que Matías Fernández "ha sido el último gran jugador de Colo Colo distinto dentro de la cancha". Destacó su inolvidable campaña en 2006, describiéndolo como "un jugador distinto, con cachaña, con lujitos, con goles de tiro libre, de media distancia, de larga distancia también", y cómo su presencia obligaba a los rivales a un marcaje especial. "Estuvo tres años en Colo Colo, cuatro años en Colo Colo y es suficiente por lo que hizo para estar en el 11", sentenció.

Otro participante, si bien reconoció la dificultad de la elección al recordar a otras grandes figuras como Enrique "Cua Cua" Hormazábal o Mario Moreno, y cómo leyendas del calibre de Chamaco Valdés o Jorge Toro ensalzaban a estos íconos, entregó su veredicto personal basado en su experiencia: "Yo, con la camiseta de Colo Colo, no vi a un jugador que en cancha marque tanta diferencia como marcó Matías Fernández el año 2006".

El debate está abierto. Para conocer todos los argumentos y revivir los mejores momentos, mira el capítulo completo de Camarín 90 dedicado al Centenario de los albos en el canal de YouTube de @minuto90cl y en las pantallas de @zapping_sports.