Isabel Berríos: Su nexo con la U y el baile con el Lea

Isabel Berríos: Su nexo con la U y el baile con el Lea

Isabel Berríos, reconocida como la primera entrenadora chilena, fue la invitada especial en el más reciente capítulo del programa Reino Fútbol de Minuto 90. En una amena conversación con el conductor Cristián Arcos, Berríos compartió la emotiva historia detrás de su vínculo con Universidad de Chile y la iniciativa "Sueño Azul".

La entrenadora está a cargo del área social del club llamada "Sueño Azul", un rol que le permite tener una relación cercana y personal con el plantel. "Me toca compartir con ellos. Me firman camisetas, de repente llamo gente para que vaya a verlos, coordinamos algunas actividades, para conocerlos a ellos más como personas, como seres humanos", explicó. Berríos destacó especialmente su relación con el delantero Leandro Fernández: "El Lea es increíble. De repente tú lo ves en la cancha acelerado, ¿no? Pero en la vida personal de él es tranquilo, muy entregado, saluda a todo el mundo, no tiene ningún problema en quedarse conversando con alguien".

Uno de los momentos más comentados de esta relación fue un video viral donde Isabel aparece bailando animadamente con 'Lea' Fernández durante la celebración de una Copa Chile obtenida por los azules. "Yo estaba buscando que me bajaran el trofeo para tomarme una fotito, porque era muy grande (...) y en esto pone la música el DJ y yo miro para el lado y él [Leandro Fernández] viene así. Nos pusimos a bailar algo cortito, en realidad, y alguien lo grabó y lo subió", relató entre risas. Contó además que el propio jugador volvió a compartir el video recientemente con motivo de su cumpleaños. "Creo que cuando uno humaniza esta actividad, genera reacciones en la gente", reflexionó Berríos sobre el impacto de estos gestos.

Para conocer en detalle esta y otras historias contadas por Isabel Berríos, puedes revisar el capítulo completo de Reino Fútbol, el cual ya se encuentra disponible en el canal de YouTube de Minuto 90.

Isabel Berríos, reconocida como la primera entrenadora chilena, fue la invitada especial en el más reciente capítulo del programa Reino Fútbol de Minuto 90. En una amena conversación con el conductor Cristián Arcos, Berríos compartió la emotiva historia detrás de su vínculo con Universidad de Chile y la iniciativa "Sueño Azul".

La entrenadora está a cargo del área social del club llamada "Sueño Azul", un rol que le permite tener una relación cercana y personal con el plantel. "Me toca compartir con ellos. Me firman camisetas, de repente llamo gente para que vaya a verlos, coordinamos algunas actividades, para conocerlos a ellos más como personas, como seres humanos", explicó. Berríos destacó especialmente su relación con el delantero Leandro Fernández: "El Lea es increíble. De repente tú lo ves en la cancha acelerado, ¿no? Pero en la vida personal de él es tranquilo, muy entregado, saluda a todo el mundo, no tiene ningún problema en quedarse conversando con alguien".

Uno de los momentos más comentados de esta relación fue un video viral donde Isabel aparece bailando animadamente con 'Lea' Fernández durante la celebración de una Copa Chile obtenida por los azules. "Yo estaba buscando que me bajaran el trofeo para tomarme una fotito, porque era muy grande (...) y en esto pone la música el DJ y yo miro para el lado y él [Leandro Fernández] viene así. Nos pusimos a bailar algo cortito, en realidad, y alguien lo grabó y lo subió", relató entre risas. Contó además que el propio jugador volvió a compartir el video recientemente con motivo de su cumpleaños. "Creo que cuando uno humaniza esta actividad, genera reacciones en la gente", reflexionó Berríos sobre el impacto de estos gestos.

Para conocer en detalle esta y otras historias contadas por Isabel Berríos, puedes revisar el capítulo completo de Reino Fútbol, el cual ya se encuentra disponible en el canal de YouTube de Minuto 90.

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Toda la vida en el estadio: la hincha azul de 90 años

Para Inés Martínez, aún con sus 90 años, nada levanta pasiones como la Universidad de Chile.

No todos los equipos despiertan una pasión que resiste el paso del tiempo, los fracasos deportivos y los años sin títulos. Pero la U no es cualquier equipo. Es una bandera. Un sentimiento que va mucho más allá del resultado del fin de semana, sino pregúntenle a Inés en cada estadio que juegan los azules.

Para muchos hinchas azules, la frase “de la U aunque gane” no es ironía. Es convicción. Es una forma de asumir que el amor por los colores no está condicionado por los puntos en la tabla. Porque ser de la U es creer incluso cuando la historia reciente no acompaña.

La U no ha tenido una década fácil. Títulos esquivos, procesos rotos, promesas incumplidas. Y sin embargo, cada domingo, miles de personas visten la camiseta con el mismo orgullo de siempre. Hay algo en ese vínculo que no se explica con números: se explica con identidad.

El hincha de la U tiene memoria. Recuerda las gestas épicas de los 90, el histórico 2011, los goles de Rivarola, las atajadas de Johnny, la entrega de Osvaldo González, el fútbol de Charles Aránguiz. Pero también recuerda las caídas, las finales perdidas, los años de sufrimiento. Y sigue ahí.

Porque más que un club, la U es una forma de vivir el fútbol. Con pasión, con nervio, con corazón. Sin importar si se gana o se pierde. Lo que importa es estar. Acompañar. Creer.

En una época en que muchas hinchadas se definen por el éxito, la U conserva algo romántico: la idea de que ser hincha es incondicional. Y en eso, tal vez, reside su grandeza.

De la U, aunque gane. Aunque suene absurdo. Aunque parezca al revés. Porque para quien creció amando a la U, no hay resultado que defina ese amor. Solo el orgullo de seguir ahí, siempre.

Beausejour y la revancha personal que se celebra en silencio

Hay momentos en la carrera de un futbolista que no aparecen en los titulares, pero que lo cambian todo. Jean Beausejour vivió uno de esos instantes cuando, en plena concentración con la Selección Chilena, se enteró de que finalmente iba a ser titular. No era un partido cualquiera, no era una alineación más. Era la confirmación de que el trabajo, muchas veces silencioso y fuera de foco, finalmente había rendido frutos.

“Yo le había dicho a un par de compañeros que iba a jugar”, confesó tiempo después. Pero su reacción no fue de euforia ni de alegría desbordada. Fue de determinación. “No me vengan a abrazar ahora”, soltó. Porque Beausejour sabía que el fútbol está lleno de momentos en que se aplaude tarde, cuando la convicción ya viene de antes.

El lateral izquierdo, símbolo de la Generación Dorada, siempre tuvo una relación especial con la Roja. Con dos Mundiales encima, títulos con la camiseta de Chile y una carrera forjada con esfuerzo, su recorrido ha sido más de constancia que de flashes. Y en ese partido, cuando todos esperaban a otro, él demostró que todavía estaba para competir al más alto nivel.

Ese “no me vengan a abrazar ahora” no fue un desprecio. Fue una sentencia. Un mensaje para quienes dudan, para quienes aplauden solo cuando el éxito ya es evidente. Porque Beausejour nunca necesitó aprobación externa para rendir. Su motivación venía de adentro, de ese fuego que arde en los verdaderos profesionales.

En tiempos donde las carreras se construyen a golpe de viralizaciones y marketing, Beausejour nos recuerda que el fútbol sigue premiando a los que no bajan los brazos. A los que se preparan cuando nadie los ve. A los que hablan menos y corren más.

Y en silencio, como tantas veces, volvió a ganarse el respeto de todos.