Zaldivia lo dio vuelta

Zaldivia lo dio vuelta

El arribo de Matías Zaldivia a Universidad de Chile en diciembre de 2022 no fue sencillo. Tras siete años defendiendo la camiseta de Colo Colo, su archirrival, su fichaje generó controversia, al punto que las afueras del Centro Deportivo Azul (CDA) amanecieron con hostiles rayados en su contra. Un panorama que pocos hubieran imaginado que podría revertirse.

Sin embargo, el fútbol y sus vueltas pueden ser sorprendentes. Para abril de 2025, la realidad de Zaldivia en el conjunto laico es diametralmente opuesta. El zaguero argentino nacionalizado chileno no solo se ha consolidado como uno de los pilares fundamentales de una Universidad de Chile que está haciendo historia en la Copa Libertadores, sino que también ha aportado con goles trascendentales e incluso ha lucido la jineta de capitán en algunas ocasiones. Una transformación que evidencia cómo la perseverancia y el rendimiento pueden cambiar percepciones, tal como reza el dicho: "las vueltas de la vida nunca dejan de sorprender".

Este presente exitoso, donde figuras como Zaldivia brillan, también se refleja en el fervor de los hinchas azules, quienes acompañan al equipo y reciben el reconocimiento del plantel, como se escuchó en un saludo a los seguidores que llegaron hasta "Vangá": "Bueno gente, esto es un saludo para la gente de la U que nos vino a Vangá, que están todos allá atrás. Muchas gracias, espero que lo disfruten". Ante este escenario, y con el defensor convertido en pieza clave, surge la pregunta entre los fanáticos: ¿Es Matías Zaldivia el mejor defensa que ha tenido la U desde los tiempos de Osvaldo González? El debate está abierto.

El arribo de Matías Zaldivia a Universidad de Chile en diciembre de 2022 no fue sencillo. Tras siete años defendiendo la camiseta de Colo Colo, su archirrival, su fichaje generó controversia, al punto que las afueras del Centro Deportivo Azul (CDA) amanecieron con hostiles rayados en su contra. Un panorama que pocos hubieran imaginado que podría revertirse.

Sin embargo, el fútbol y sus vueltas pueden ser sorprendentes. Para abril de 2025, la realidad de Zaldivia en el conjunto laico es diametralmente opuesta. El zaguero argentino nacionalizado chileno no solo se ha consolidado como uno de los pilares fundamentales de una Universidad de Chile que está haciendo historia en la Copa Libertadores, sino que también ha aportado con goles trascendentales e incluso ha lucido la jineta de capitán en algunas ocasiones. Una transformación que evidencia cómo la perseverancia y el rendimiento pueden cambiar percepciones, tal como reza el dicho: "las vueltas de la vida nunca dejan de sorprender".

Este presente exitoso, donde figuras como Zaldivia brillan, también se refleja en el fervor de los hinchas azules, quienes acompañan al equipo y reciben el reconocimiento del plantel, como se escuchó en un saludo a los seguidores que llegaron hasta "Vangá": "Bueno gente, esto es un saludo para la gente de la U que nos vino a Vangá, que están todos allá atrás. Muchas gracias, espero que lo disfruten". Ante este escenario, y con el defensor convertido en pieza clave, surge la pregunta entre los fanáticos: ¿Es Matías Zaldivia el mejor defensa que ha tenido la U desde los tiempos de Osvaldo González? El debate está abierto.

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La niña bullanguera que se robó todas las miradas

En medio de la intensidad de un partido, con la tribuna rugiendo y la tensión flotando en el aire, hay imágenes que logran detener el tiempo. Así ocurrió con una pequeña hincha de Universidad de Chile, que desde la galería no paró de alentar con fuerza, convicción y amor puro por su equipo.

“¡Vamos Julia que tenemos que ganar, dale León!” se le escuchó gritar, con esa voz aguda pero decidida que solo los niños tienen cuando hablan desde el corazón. En su camiseta azul, en su bandera improvisada, y en la forma en que se paraba para cantar cada canción, había una pasión genuina que contagió a todos.

Y ahí estaba Matías Acuña, el jugador azul que no solo reparó en su presencia, sino que también la destacó. Porque el fútbol no es solo noventa minutos y once contra once. El fútbol también es ella. Es esa niña que cree, que sueña, que transmite una fidelidad que ni las derrotas más duras pueden quebrar.

La escena rápidamente se viralizó. No por lo extraordinario de su gesto, sino por lo extraordinariamente auténtico que fue. En tiempos donde la conexión con los clubes muchas veces se siente diluida, ver a una niña de esa edad vivir el partido con tanta intensidad fue un recordatorio de lo que significa ser hincha.

Universidad de Chile atraviesa un momento especial. Y si hay algo que la sostiene —más allá de lo futbolístico— es su gente. Esa que canta, sufre, celebra y que, como Julia, lleva los colores tatuados en el alma desde pequeña.

Ella no pidió cámaras ni reconocimientos. Solo alentó. Pero al hacerlo, nos recordó por qué amamos este deporte.