El día que la Unión venció al Madrid

El día que la Unión venció al Madrid

Unión Española está de fiesta celebrando sus 128 años de historia, y en una fecha tan especial, es imposible no recordar hazañas que quedaron grabadas en la memoria de sus hinchas. Una de ellas, sin duda, es la memorable victoria ante el poderoso Real Madrid en 1994.

¿Se imaginan a las grandes estrellas del fútbol mundial actual pisando el césped del Santa Laura? Algo así sucedió el 22 de mayo de 1994. Aquel día, el gigante "merengue", en plena gira sudamericana y con figuras de talla mundial, se presentó en Independencia para un amistoso que quedaría en los anales del fútbol chileno. El Real Madrid llegaba encabezado por el ídolo nacional Iván Zamorano, quien era su principal estandarte en aquel entonces.

Pero la fiesta fue hispana. Unión Española, dirigida desde la cancha por la maestría de José Luis "Coto" Sierra, se impuso por 1-0 al equipo más laureado del mundo. El gol de la victoria fue una obra de arte: un certero pase del "Coto" encontró a Rodrigo "Pony" Ruiz, quien con un golazo desató la euforia en el Estadio Santa Laura. El equipo madrileño, dirigido por Vicente del Bosque –quien años más tarde sería campeón del mundo y de Europa con España–, contaba también con nombres como Paco Buyo en el arco, Míchel y el talentoso croata Robert Prosinečki.

Este triunfo no fue un hecho aislado para ese aguerrido equipo rojo. Pocas semanas antes, la Unión Española había protagonizado otro golpe a nivel continental, eliminando de la Copa Libertadores al Cruzeiro, que contaba en sus filas con un joven Ronaldo Nazário, el "Fenómeno". Aquella tarde de mayo, el Rojo de Santa Laura demostró que estaba para grandes cosas, logrando un triunfo que hoy, en su nuevo aniversario, se recuerda con especial cariño y orgullo por toda la parcialidad hispana.

Desde Minuto 90 celebramos a Unión Española en sus 128 años y te invitamos a recordar este y otros grandes momentos del club. ¡Déjanos tus comentarios y únete a nuestra comunidad!

Unión Española está de fiesta celebrando sus 128 años de historia, y en una fecha tan especial, es imposible no recordar hazañas que quedaron grabadas en la memoria de sus hinchas. Una de ellas, sin duda, es la memorable victoria ante el poderoso Real Madrid en 1994.

¿Se imaginan a las grandes estrellas del fútbol mundial actual pisando el césped del Santa Laura? Algo así sucedió el 22 de mayo de 1994. Aquel día, el gigante "merengue", en plena gira sudamericana y con figuras de talla mundial, se presentó en Independencia para un amistoso que quedaría en los anales del fútbol chileno. El Real Madrid llegaba encabezado por el ídolo nacional Iván Zamorano, quien era su principal estandarte en aquel entonces.

Pero la fiesta fue hispana. Unión Española, dirigida desde la cancha por la maestría de José Luis "Coto" Sierra, se impuso por 1-0 al equipo más laureado del mundo. El gol de la victoria fue una obra de arte: un certero pase del "Coto" encontró a Rodrigo "Pony" Ruiz, quien con un golazo desató la euforia en el Estadio Santa Laura. El equipo madrileño, dirigido por Vicente del Bosque –quien años más tarde sería campeón del mundo y de Europa con España–, contaba también con nombres como Paco Buyo en el arco, Míchel y el talentoso croata Robert Prosinečki.

Este triunfo no fue un hecho aislado para ese aguerrido equipo rojo. Pocas semanas antes, la Unión Española había protagonizado otro golpe a nivel continental, eliminando de la Copa Libertadores al Cruzeiro, que contaba en sus filas con un joven Ronaldo Nazário, el "Fenómeno". Aquella tarde de mayo, el Rojo de Santa Laura demostró que estaba para grandes cosas, logrando un triunfo que hoy, en su nuevo aniversario, se recuerda con especial cariño y orgullo por toda la parcialidad hispana.

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Entre cracks se entienden: la admiración detrás del relato

En el fútbol, el talento reconoce al talento. Es una ley no escrita, pero inquebrantable. Lo mismo ocurre con quienes lo relatan, lo sienten y lo traducen para millones de hinchas. Y pocas veces queda tan claro como cuando un relator consagrado confiesa su respeto por otro.

Eso fue lo que hizo recientemente Gustavo Huerta, una de las voces más queridas del relato deportivo chileno, al referirse a Juan Manuel Ramírez Kloss, histórico periodista y relator argentino. Con humildad y admiración, Huerta reveló que lo estudió, que grabó sus transmisiones, que escuchó cada inflexión de su voz para aprender.

“Grabé una transmisión, lo estudié. Me impresionó lo que hacía. Era elegante, era fino, con frases limpias. Lo escuchabas y no te agredía. Parecía un tipo bueno”, relató. Más allá del contenido, lo que transmite esta confesión es claro: entre cracks se entienden.

Huerta no necesitaba halagar a Kloss para validar su carrera. Pero lo hizo porque quienes aman el relato saben que ese arte tiene historia, tiene legado, tiene referentes. Y reconocer al otro, lejos de disminuir, enriquece.

En un medio competitivo, donde a veces prima el ego, este tipo de gestos reconcilian al fútbol con su raíz más noble: el respeto. El respeto por los que vinieron antes, por los que abrieron camino, por los que enseñaron sin querer.

Y es que en el relato, como en la cancha, el talento se reconoce sin necesidad de palabras. Pero cuando se expresan, valen doble.

Porque sí, entre cracks se entienden. Y entre quienes sienten el fútbol de verdad, también.

Diego Rivarola: el ídolo de Kaiser

Muchos crecen rodeados de ídolos. A veces son figuras internacionales, otras veces jugadores locales que, con una jugada, una actitud o una frase, se meten en el corazón de los hinchas. En el caso de Kaiser, el último visitante del Reino Fútbol, ese referente es alguien muy especial para los hinchas de Universidad de Chile: Diego Rivarola.

En la conversación con Cristián Arcos, el freestyler chileno relató cómo creció admirando a los jugadores azules. Pero no solo porque brillaban en la cancha, sino que también dejaban huella más allá: en el corazón y el subconciente  La conversación se vuelve profunda, honesta. No se trata solo de fútbol, sino de identidad, valores e inspiración. Para Kaiser, sus ídolos fueron parte esencial de su formación, no solo como artista, sino como persona.

En Chile, muchos niños han crecido queriendo ser como Alexis Sánchez o Claudio Bravo. Pero también están quienes admiran a los que pelean cada balón en la Primera B, al que juega sin reflectores pero con el alma, o al que se levanta cada fin de semana para defender los colores de su barrio. Porque ser ídolo no es solo cosa de fama: es cosa de verdad.

Lo más potente de este relato es su autenticidad. Kaiser no habla desde el marketing ni la nostalgia forzada. Habla desde la emoción genuina de quien aprendió a amar el fútbol viendo a sus referentes entregarse en la cancha.

Con miles de reproducciones, guardados y compartidos, este testimonio se ha convertido en uno de los más comentados de la semana en redes sociales. La comunidad futbolera se identifica, debate, recuerda. Porque todos tuvimos un ídolo. Ese jugador que nos hizo soñar con meter un gol en la final, con levantar la copa o simplemente con jugar a la pelota después del colegio.

¿Y tú? ¿Quién era tu ídolo cuando eras chico? Esa figura que te hacía creer que todo era posible. Porque al final, el fútbol es eso: una excusa para soñar en grande. Y los ídolos, esos que nunca se olvidan, son el primer paso del sueño.