Una generación que no se olvida

Una generación que no se olvida

En el fútbol hay momentos que marcan algo más que una era. Marcan una forma de sentir, de vivir y de creer. Y en Chile, esa marca lleva nombres inolvidables, jugadas inmortales y copas que todavía hacen eco en la memoria colectiva. La llamada Generación Dorada no solo fue exitosa. Fue, por muchos años, el alma misma del país futbolero.

Hoy el presente duele. La tabla no engaña: Chile está último, y los tiempos de gloria parecen cada vez más lejanos. Pero esa tristeza no es solo por los puntos perdidos. Es porque alguna vez estuvimos en la cima, y recordarlo aún remueve emociones profundas.

Aquellos años no fueron simples estadísticas. Fueron parte de la identidad de un pueblo. Las calles pintadas de rojo, los niños soñando con ser Alexis o Bravo, las noches eternas celebrando los penales de Copa América. Todo eso sigue vivo, aunque el presente sea otro.

En esos años, el fútbol fue el lenguaje común de todo un país. Nos unió en una sola voz, en una sola camiseta, en una sola pasión. Ver jugar a Chile era ver a una generación que se jugaba la vida en cada balón, que transformaba cada partido en una batalla y cada victoria en un desahogo nacional.

Y aunque hoy ya no estén todos en la cancha, su legado sigue intacto. En los hinchas, en los niños, en los que aún creen. Porque una generación que logró todo no se olvida fácilmente. Porque marcaron un antes y un después. Porque nos enseñaron a creer en grande.

Quizás pasen años antes de que se repita una historia como esa. Pero mientras sigamos recordándolos, mientras cada conversación futbolera vuelva a ellos, mientras el corazón se apriete con solo evocarlos, su historia seguirá siendo nuestra.

Esa generación no fue solo campeona. Fue inmortal.

En el fútbol hay momentos que marcan algo más que una era. Marcan una forma de sentir, de vivir y de creer. Y en Chile, esa marca lleva nombres inolvidables, jugadas inmortales y copas que todavía hacen eco en la memoria colectiva. La llamada Generación Dorada no solo fue exitosa. Fue, por muchos años, el alma misma del país futbolero.

Hoy el presente duele. La tabla no engaña: Chile está último, y los tiempos de gloria parecen cada vez más lejanos. Pero esa tristeza no es solo por los puntos perdidos. Es porque alguna vez estuvimos en la cima, y recordarlo aún remueve emociones profundas.

Aquellos años no fueron simples estadísticas. Fueron parte de la identidad de un pueblo. Las calles pintadas de rojo, los niños soñando con ser Alexis o Bravo, las noches eternas celebrando los penales de Copa América. Todo eso sigue vivo, aunque el presente sea otro.

En esos años, el fútbol fue el lenguaje común de todo un país. Nos unió en una sola voz, en una sola camiseta, en una sola pasión. Ver jugar a Chile era ver a una generación que se jugaba la vida en cada balón, que transformaba cada partido en una batalla y cada victoria en un desahogo nacional.

Y aunque hoy ya no estén todos en la cancha, su legado sigue intacto. En los hinchas, en los niños, en los que aún creen. Porque una generación que logró todo no se olvida fácilmente. Porque marcaron un antes y un después. Porque nos enseñaron a creer en grande.

Quizás pasen años antes de que se repita una historia como esa. Pero mientras sigamos recordándolos, mientras cada conversación futbolera vuelva a ellos, mientras el corazón se apriete con solo evocarlos, su historia seguirá siendo nuestra.

Esa generación no fue solo campeona. Fue inmortal.

Recomendado

La amarga derrota de La Roja ante Argentina

En una nueva columna para Minuto 90, la periodista Grace Lazcano nos entrega su análisis directamente desde Quito, Ecuador, sobre la dolorosa y amarga derrota que sufrió la Selección Chilena Femenina frente a Argentina por la Copa América.

La Roja Femenina cayó en su segundo partido del torneo en un encuentro que dejó sensaciones encontradas. Durante los primeros 45 minutos, el equipo dirigido por Luis Mena dominó las acciones y se generó las ocasiones más claras. De hecho, el marcador se abrió para Chile al minuto 11, tras una excelente presión de Karen Araya que fue capitalizada por Daniela Pardo, quien anotó su primer gol en esta edición de la copa.

Sin embargo, la historia cambió por completo en la segunda mitad. Argentina se mostró superior y, sobre todo, mucho más efectiva de cara al arco, marcando los goles del triunfo a los minutos 75 y 90. El técnico chileno intentó contrarrestar el cansancio del mediocampo con el ingreso de jugadoras como Gisela Pino, en reemplazo de Yanara Aedo y Yessenia López, pero no fue suficiente para sostener la ventaja.

El resultado final también estuvo marcado por la polémica, con dudas en el arbitraje tras una clara acción de penal sobre Mary Valencia que no fue sancionada. Para complicar más el panorama, Yenny Acuña fue expulsada con tarjeta roja, por lo que se perderá el próximo desafío. A pesar del traspié, las sensaciones en cuanto al juego son positivas y la fe en clasificar a la siguiente ronda se mantiene intacta. Ahora, Chile ya trabaja pensando en su siguiente rival, Ecuador, al que enfrentará el próximo lunes a las 20:00 horas (de Chile) en el Estadio Independiente del Valle.

Aedo y Pinilla estallan contra la Copa América

Tras la dolorosa derrota de La Roja frente a Argentina, las capitanas Yanara Aedo y Fernanda Pinilla alzaron la voz contra la organización de la Copa América Femenina. Pese al resultado, las líderes de la Selección Chilena apuntaron sus dardos a las deficientes condiciones del torneo y a la ausencia de tecnología, exigiendo un trato igualitario.

La principal queja fue la falta de VAR, algo que Aedo calificó como una "falta de respeto" y una "vergüenza", sobre todo al comparar el certamen con la Eurocopa Femenina que se disputa en paralelo. "Qué bueno que fue por televisión abierta para que se vean los dos penales que no se cobraron", afirmó, aclarando que aunque no le resta mérito a Argentina, "con VAR cambia mucho la historia".

A esto se sumaron las críticas por las condiciones logísticas, como no poder realizar un calentamiento adecuado en cancha, un problema que también denunció Brasil. Pinilla, por su parte, apoyó la idea de que el VAR trae "justicia deportiva", aunque fue autocrítica: "Tal vez si hubiésemos aprovechado las oportunidades no estaríamos hablando del VAR, pero bueno, ya está".

El reclamo de las jugadoras, sin embargo, va más allá del resultado y apunta a una demanda de igualdad. "Una Copa América mujeres debe ser igual que para los hombres. Entonces para la organización, que se pongan un poquito las pilas porque somos jugadoras igual que el hombre", sentenció Aedo. Ambas futbolistas dejaron claro que, si bien no es una excusa para la derrota, son temas que deben solucionarse para el futuro del fútbol femenino sudamericano.