Pelotazo: Loyola, el chileno que ilusiona

Pelotazo: Loyola, el chileno que ilusiona

Felipe Loyola se ha convertido en una de las grandes revelaciones chilenas en el extranjero. En menos de un año desde su salto de Huachipato a Independiente de Avellaneda, el polifuncional jugador no solo se ha ganado el corazón de los hinchas del "Rojo", sino que se ha consolidado como una de sus principales figuras, despertando incluso el interés de clubes europeos.

En su nueva columna, Jorge Gómez analiza el meteórico ascenso del "Pipe". "La irrupción de Loyola en Independiente ha sido notable", destaca Gómez, recordando su controvertida salida de Colo Colo donde "fue echado porque no tenía condiciones". Sin embargo, Loyola resurgió en Fernández Vial y luego en Huachipato, donde se coronó campeón del fútbol chileno.

Su llegada a Independiente ha sido explosiva. Con siete goles en su cuenta personal, los cánticos de "¡Chileno, chileno!" se han vuelto habituales cuando es sustituido, evocando el cariño que la afición argentina ha profesado a otros compatriotas como Iván Zamorano, Marcelo Salas, Gary Medel, Marcelo Díaz o Paulo Díaz. "El tipo no tiene techo", afirma Gómez, resaltando su polifuncionalidad, rindiendo tanto de lateral como de volante, aunque "en Independiente ha rendido mucho más en la mitad de la cancha".

Una de las claves de su popularidad, incluso en Chile, es que "no jugó como profesional en ninguno de los tres grandes", lo que le evita el "hate" en redes sociales. En Argentina, su "personalidad" y "pachorra" son altamente valoradas. "Estamos al frente de un futuro, incluso capitán de la selección chilena", sentencia Gómez.

La pregunta queda en el aire para los fanáticos: ¿Ven a Felipe Loyola como futuro capitán de la Roja?

Felipe Loyola se ha convertido en una de las grandes revelaciones chilenas en el extranjero. En menos de un año desde su salto de Huachipato a Independiente de Avellaneda, el polifuncional jugador no solo se ha ganado el corazón de los hinchas del "Rojo", sino que se ha consolidado como una de sus principales figuras, despertando incluso el interés de clubes europeos.

En su nueva columna, Jorge Gómez analiza el meteórico ascenso del "Pipe". "La irrupción de Loyola en Independiente ha sido notable", destaca Gómez, recordando su controvertida salida de Colo Colo donde "fue echado porque no tenía condiciones". Sin embargo, Loyola resurgió en Fernández Vial y luego en Huachipato, donde se coronó campeón del fútbol chileno.

Su llegada a Independiente ha sido explosiva. Con siete goles en su cuenta personal, los cánticos de "¡Chileno, chileno!" se han vuelto habituales cuando es sustituido, evocando el cariño que la afición argentina ha profesado a otros compatriotas como Iván Zamorano, Marcelo Salas, Gary Medel, Marcelo Díaz o Paulo Díaz. "El tipo no tiene techo", afirma Gómez, resaltando su polifuncionalidad, rindiendo tanto de lateral como de volante, aunque "en Independiente ha rendido mucho más en la mitad de la cancha".

Una de las claves de su popularidad, incluso en Chile, es que "no jugó como profesional en ninguno de los tres grandes", lo que le evita el "hate" en redes sociales. En Argentina, su "personalidad" y "pachorra" son altamente valoradas. "Estamos al frente de un futuro, incluso capitán de la selección chilena", sentencia Gómez.

La pregunta queda en el aire para los fanáticos: ¿Ven a Felipe Loyola como futuro capitán de la Roja?

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Bicampeones de América: ¿con cuántos de ellos te gustaría jugar?

Al mirar hacia atrás, es inevitable sentir que fuimos testigos de algo irrepetible. La generación dorada del fútbol chileno no solo rompió récords. Nos regaló identidad, carácter y una forma única de competir. Hoy, varios de esos nombres ya no están en las nóminas, pero siguen presentes en la memoria colectiva de los hinchas. Y ante la pregunta que nos plantea Pelotazo: “¿Con cuántos de esos bicampeones de América te gustaría jugar?”, la respuesta tiene más emoción que táctica.

Porque no se trata solo de talento. Se trata de mística. De temperamento. De entender el peso de la camiseta. Y esa camada, la que conquistó las Copas América de 2015 y 2016, lo entendió todo.

Claudio Bravo, con su liderazgo sereno y atajadas imposibles, fue el muro que sostuvo más de una hazaña. Gary Medel, símbolo de garra y entrega, jugaba como si cada partido fuera el último. Arturo Vidal, pura potencia, carácter y despliegue. Charles Aránguiz, el silencioso que hacía jugar a todos. Alexis Sánchez, incansable, impredecible, desequilibrante. Y Eduardo Vargas, el que convirtió goles como si fuera lo más simple del mundo.

¿Con cuántos de ellos te gustaría compartir cancha? ¿A quién dejarías afuera? Preguntas imposibles. Porque fueron un equipo de verdad. Se potenciaban entre sí. Se cubrían las espaldas. Se peleaban y se abrazaban con la misma intensidad.

Hoy, que el fútbol chileno busca reconstruirse, la nostalgia por esos bicampeones se vuelve aún más poderosa. No porque vivamos del pasado, sino porque aún no aparece una generación que nos haga olvidar aquella. Y eso habla de lo grande que fueron.

El legado de los bicampeones no está solo en los títulos. Está en la forma en que nos hicieron sentir. En cómo se enfrentaban sin miedo a gigantes. En cómo hicieron que millones creyeran que sí era posible.

¿Con cuántos de ellos jugarías? Tal vez con todos. Porque juntos, escribieron la página más gloriosa del fútbol chileno.

"Podridos": el malestar del hincha tras el empate con Ecuador

Podrido. Esa es la palabra que, con crudeza, mejor resume el sentir de miles de hinchas en Chile, según Pelotazo.

El público de la Selección Chilena en el Estadio Nacional, tantas veces criticado por su tibieza, ahora se hizo sentir. Los nuevamente tardíos cambios de Ricardo Gareca estaban a la vista de todos los presentes en Ñuñoa, menos para el Tigre.

Y cuando finalmente los hizo, parecía que el resultado, un amargo empate sin goles que nos sigue alejando del Mundial 2026, ya estaba sellado.