Álvaro Paci: Fútbol chileno es inviable así

Álvaro Paci: Fútbol chileno es inviable así

El periodista Álvaro Paci realizó un duro análisis sobre la actualidad del balompié nacional en su participación en el programa Reino Fútbol, conducido por Cristián Arcos. En la conversación, Paci fue enfático al señalar que el modelo actual hace imposible un crecimiento sostenido para el deporte.

Consultado por su visión, el comunicador aseguró que “los resultados están a la vista” y que el mal momento de las selecciones en las clasificatorias demuestra que “hemos hecho todo mal”. Paci apuntó a varios factores, como “la demasiada presencia de los representantes”, la multipropiedad de los clubes y la influencia de las casas de apuestas.

Para el periodista, si bien estos elementos existen a nivel global, en Chile falta una regulación adecuada. Criticó duramente la gobernanza de la ANFP y del Consejo de Presidentes, calificándola de “hermética, tan oscura, con tanta situación que no maneja el hincha y que se traduce además en tristeza”.

Finalmente, Paci vinculó estos problemas estructurales con el bajo rendimiento deportivo, tanto en la dificultad de los equipos de la Primera B para consolidarse, como en la mediocridad fomentada en la Segunda División Profesional y los escasos éxitos internacionales, destacando a Coquimbo Unido en la Copa Sudamericana como una de las pocas excepciones.

El capítulo completo de Reino Fútbol ya se encuentra disponible en nuestro canal de Youtube.

¿Estás de acuerdo con el diagnóstico de Paci?

El periodista Álvaro Paci realizó un duro análisis sobre la actualidad del balompié nacional en su participación en el programa Reino Fútbol, conducido por Cristián Arcos. En la conversación, Paci fue enfático al señalar que el modelo actual hace imposible un crecimiento sostenido para el deporte.

Consultado por su visión, el comunicador aseguró que “los resultados están a la vista” y que el mal momento de las selecciones en las clasificatorias demuestra que “hemos hecho todo mal”. Paci apuntó a varios factores, como “la demasiada presencia de los representantes”, la multipropiedad de los clubes y la influencia de las casas de apuestas.

Para el periodista, si bien estos elementos existen a nivel global, en Chile falta una regulación adecuada. Criticó duramente la gobernanza de la ANFP y del Consejo de Presidentes, calificándola de “hermética, tan oscura, con tanta situación que no maneja el hincha y que se traduce además en tristeza”.

Finalmente, Paci vinculó estos problemas estructurales con el bajo rendimiento deportivo, tanto en la dificultad de los equipos de la Primera B para consolidarse, como en la mediocridad fomentada en la Segunda División Profesional y los escasos éxitos internacionales, destacando a Coquimbo Unido en la Copa Sudamericana como una de las pocas excepciones.

El capítulo completo de Reino Fútbol ya se encuentra disponible en nuestro canal de Youtube.

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Toda la vida en el estadio: la hincha azul de 90 años

Para Inés Martínez, aún con sus 90 años, nada levanta pasiones como la Universidad de Chile.

No todos los equipos despiertan una pasión que resiste el paso del tiempo, los fracasos deportivos y los años sin títulos. Pero la U no es cualquier equipo. Es una bandera. Un sentimiento que va mucho más allá del resultado del fin de semana, sino pregúntenle a Inés en cada estadio que juegan los azules.

Para muchos hinchas azules, la frase “de la U aunque gane” no es ironía. Es convicción. Es una forma de asumir que el amor por los colores no está condicionado por los puntos en la tabla. Porque ser de la U es creer incluso cuando la historia reciente no acompaña.

La U no ha tenido una década fácil. Títulos esquivos, procesos rotos, promesas incumplidas. Y sin embargo, cada domingo, miles de personas visten la camiseta con el mismo orgullo de siempre. Hay algo en ese vínculo que no se explica con números: se explica con identidad.

El hincha de la U tiene memoria. Recuerda las gestas épicas de los 90, el histórico 2011, los goles de Rivarola, las atajadas de Johnny, la entrega de Osvaldo González, el fútbol de Charles Aránguiz. Pero también recuerda las caídas, las finales perdidas, los años de sufrimiento. Y sigue ahí.

Porque más que un club, la U es una forma de vivir el fútbol. Con pasión, con nervio, con corazón. Sin importar si se gana o se pierde. Lo que importa es estar. Acompañar. Creer.

En una época en que muchas hinchadas se definen por el éxito, la U conserva algo romántico: la idea de que ser hincha es incondicional. Y en eso, tal vez, reside su grandeza.

De la U, aunque gane. Aunque suene absurdo. Aunque parezca al revés. Porque para quien creció amando a la U, no hay resultado que defina ese amor. Solo el orgullo de seguir ahí, siempre.

Bicampeones de América: ¿con cuántos de ellos te gustaría jugar?

Al mirar hacia atrás, es inevitable sentir que fuimos testigos de algo irrepetible. La generación dorada del fútbol chileno no solo rompió récords. Nos regaló identidad, carácter y una forma única de competir. Hoy, varios de esos nombres ya no están en las nóminas, pero siguen presentes en la memoria colectiva de los hinchas. Y ante la pregunta que nos plantea Pelotazo: “¿Con cuántos de esos bicampeones de América te gustaría jugar?”, la respuesta tiene más emoción que táctica.

Porque no se trata solo de talento. Se trata de mística. De temperamento. De entender el peso de la camiseta. Y esa camada, la que conquistó las Copas América de 2015 y 2016, lo entendió todo.

Claudio Bravo, con su liderazgo sereno y atajadas imposibles, fue el muro que sostuvo más de una hazaña. Gary Medel, símbolo de garra y entrega, jugaba como si cada partido fuera el último. Arturo Vidal, pura potencia, carácter y despliegue. Charles Aránguiz, el silencioso que hacía jugar a todos. Alexis Sánchez, incansable, impredecible, desequilibrante. Y Eduardo Vargas, el que convirtió goles como si fuera lo más simple del mundo.

¿Con cuántos de ellos te gustaría compartir cancha? ¿A quién dejarías afuera? Preguntas imposibles. Porque fueron un equipo de verdad. Se potenciaban entre sí. Se cubrían las espaldas. Se peleaban y se abrazaban con la misma intensidad.

Hoy, que el fútbol chileno busca reconstruirse, la nostalgia por esos bicampeones se vuelve aún más poderosa. No porque vivamos del pasado, sino porque aún no aparece una generación que nos haga olvidar aquella. Y eso habla de lo grande que fueron.

El legado de los bicampeones no está solo en los títulos. Está en la forma en que nos hicieron sentir. En cómo se enfrentaban sin miedo a gigantes. En cómo hicieron que millones creyeran que sí era posible.

¿Con cuántos de ellos jugarías? Tal vez con todos. Porque juntos, escribieron la página más gloriosa del fútbol chileno.