Olarra: "En Chile la actividad está mal"

Olarra: "En Chile la actividad está mal"

En un nuevo capítulo de Reino Fútbol, el exfutbolista y comentarista Rafael Olarra conversó con Cristián Arcos sobre el presente y futuro del balompié nacional, dejando un diagnóstico categórico sobre la industria. El exdefensor no dudó en afirmar que, más allá de los resultados, “siento que la actividad está mal”.

Olarra profundizó en su análisis, señalando que tras el éxito de una selección muy ganadora, el resto de los estamentos del fútbol no estuvo a la altura. “Quizás no estuvimos todos a la altura con respecto al momento que se vivió, ni dirigencialmente, ni los mismos jugadores”, reflexionó, apuntando a una falta de visión colectiva para hacer crecer la industria.

El exjugador criticó la mentalidad individualista de algunos clubes, que se conforman con sus ingresos por televisión en lugar de pensar en el bien común. “Yo estoy bien, yo me manejo bien el dinero de acá de televisión y con esto fue. No la industria. Yo tengo que pensar en el del lado”, lamentó Olarra, quien concluyó con un mensaje contundente: “En este país hay mucho talento, faltan oportunidades, faltan ideas, falta creer en otras cosas”.

Si quieres ver la entrevista completa a Rafa Olarra, no te pierdas el último episodio de Reino Fútbol, ya disponible en nuestro canal de YouTube y en las pantallas de Zapping Sports.

En un nuevo capítulo de Reino Fútbol, el exfutbolista y comentarista Rafael Olarra conversó con Cristián Arcos sobre el presente y futuro del balompié nacional, dejando un diagnóstico categórico sobre la industria. El exdefensor no dudó en afirmar que, más allá de los resultados, “siento que la actividad está mal”.

Olarra profundizó en su análisis, señalando que tras el éxito de una selección muy ganadora, el resto de los estamentos del fútbol no estuvo a la altura. “Quizás no estuvimos todos a la altura con respecto al momento que se vivió, ni dirigencialmente, ni los mismos jugadores”, reflexionó, apuntando a una falta de visión colectiva para hacer crecer la industria.

El exjugador criticó la mentalidad individualista de algunos clubes, que se conforman con sus ingresos por televisión en lugar de pensar en el bien común. “Yo estoy bien, yo me manejo bien el dinero de acá de televisión y con esto fue. No la industria. Yo tengo que pensar en el del lado”, lamentó Olarra, quien concluyó con un mensaje contundente: “En este país hay mucho talento, faltan oportunidades, faltan ideas, falta creer en otras cosas”.

Si quieres ver la entrevista completa a Rafa Olarra, no te pierdas el último episodio de Reino Fútbol, ya disponible en nuestro canal de YouTube y en las pantallas de Zapping Sports.

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Jorge Sampaoli: entre el odio y la gloria

Jorge Sampaoli: entre el odio y la gloria

Por Pelotazo

Pocos entrenadores en la historia del fútbol chileno han dejado una huella tan profunda —y a la vez tan dividida— como Jorge Luis Sampaoli. Su nombre está marcado a fuego en la memoria colectiva nacional. Para algunos, es el artífice del título más importante en la historia de la Roja. Para otros, un símbolo de traición, conflicto y egos desbordados.

La paradoja es brutal. Sampaoli llevó a Chile a ganar la Copa América 2015, rompiendo una sequía de títulos que parecía eterna. Su estilo de juego vertiginoso, intenso y ofensivo enamoró al continente. La Roja era admirada, temida, respetada. La generación dorada encontró en él un conductor ideal… al menos por un tiempo.

Pero tras el triunfo vino la fractura. Declaraciones polémicas, conflictos con jugadores, disputas internas con dirigentes. Su salida, lejos de ser limpia, dejó heridas. Y desde entonces, su figura quedó atrapada en el limbo: ídolo para unos, villano para otros.

¿Por qué un técnico que tocó la gloria despierta tanto rechazo? Tal vez porque Sampaoli representa una forma de liderazgo intensa, poco diplomática, áspera. Exigente al extremo, obsesivo, desafiante. No busca caer bien. Busca ganar. Y en esa búsqueda, no todos logran resistir.

Chile no volvió a ser el mismo tras su salida. Y Sampaoli tampoco. Su carrera internacional siguió, pero con resultados dispares. Lo cierto es que nadie quedó indiferente. Porque su paso por la Roja no fue solo un ciclo exitoso: fue un punto de quiebre.

A casi una década del título continental, el debate sigue abierto. ¿Debe ser recordado como el mejor técnico de nuestra historia? ¿O su legado se ve manchado por su forma de marcharse?

En un país donde el fútbol es emoción, es identidad, es memoria, estas preguntas no son menores. Porque el juicio sobre Sampaoli, más allá de las estadísticas, habla también de lo que esperamos —y toleramos— de quienes nos llevan a la cima.

Y como toda figura divisoria, su historia no termina. Se discute. Se reinterpreta. Se vive.

Frustración total: Chile y un fracaso que va más allá de los resultados

Los números no mienten. La Selección Chilena vive uno de sus peores momentos en la historia reciente. Pero reducir el presente de la Roja a estadísticas sería quedarse corto. Porque lo que se ve en la cancha —o más bien, lo que no se ve— refleja una crisis más profunda, más estructural.

Chile está fuera de todo. Sin fútbol, sin identidad, sin respuestas. Y aunque muchos han apuntado sus dardos hacia Ricardo Gareca, lo cierto es que el problema no parte ni termina con él. El “Tigre” asumió con valentía un fierro caliente, pero la herida viene de antes. Años de malas decisiones, de falta de planificación, de ausencia de recambio real.

El equipo luce desorientado. Sin ideas, sin ritmo, sin alma. Las transiciones no existen. La defensa sufre en cada pelota cruzada. El mediocampo no encuentra conducción. Y arriba, la sensación es que todo cuesta el triple.

Pero más grave que el bajo nivel futbolístico es la desconexión emocional. La Roja ya no genera ilusión. El hincha, acostumbrado a sufrir pero también a soñar, hoy solo siente resignación. La llama que encendió a un país entero durante la generación dorada parece completamente apagada.

Los rivales ya no respetan. Ya no hay temor de enfrentar a Chile. Se acabó el miedo escénico. Y eso, más que una derrota puntual, es un síntoma alarmante.

Revertir este escenario no será tarea de un solo técnico. Será necesario un proyecto serio, una reestructuración profunda y el coraje de tomar decisiones impopulares. Porque el fracaso actual no se mide solo en puntos. Se mide en la sensación de vacío que deja cada partido.

Y cuando el fútbol ya no emociona, ya no une, ya no representa... es porque algo mucho más grave está ocurriendo.