Multipropiedad: ¿León fuera del Mundial?

Multipropiedad: ¿León fuera del Mundial?

Grace Lazcano, en su columna para Minuto 90, desmenuza la compleja situación que envuelve al Club León y su posible descalificación del Mundial de Clubes, poniendo en tela de juicio los límites de la FIFA y la urgencia de una discusión legislativa sobre la multipropiedad en Chile.

La polémica se encendió luego de que la FIFA determinara que León y Pachuca incumplieron el artículo 10.1 del reglamento de la Copa Mundial de Clubes, referente a los criterios de multipropiedad. Según el documento emitido por el máximo organismo del fútbol, la evaluación detectó una "toma de decisiones centralizada bajo una sola autoridad, lo cual es inconsistente con los principios de la FIFA de integridad competitiva e independencia operativa".

Lazcano explica que, paradójicamente, la FIFA deja la regulación efectiva de la multipropiedad a criterio de las federaciones, confederaciones y las propias competiciones. Esto ha permitido la existencia de conglomerados como el City Football Group y Red Bull, que poseen múltiples equipos en diversas ligas, generando interrogantes sobre la coherencia regulatoria. De hecho, la UEFA permitió en 2024 que Manchester City y Girona, ambos bajo el alero del City Group, participaran en la Champions League tras la constitución de un fideicomiso ciego, figura que el Grupo Pachuca intentó replicar para el León.

En el contexto chileno, la columnista destaca que se está impulsando una reforma a la ley de las sociedades anónimas deportivas que busca precisamente terminar con la multipropiedad, evitando así "estas medias tintas que siempre terminan beneficiando a quien tiene más poder".

Mientras el León tiene como última instancia el TAS para definir su participación en el Mundial de Clubes, Grace Lazcano plantea una pregunta fundamental que resuena en el ambiente futbolístico: "¿Por qué la FIFA, si no está de acuerdo (con la multipropiedad), no lo prohíbe derechamente?". La interrogante queda abierta, evidenciando la necesidad de una postura más clara y contundente por parte de los entes rectores del fútbol mundial.

Grace Lazcano, en su columna para Minuto 90, desmenuza la compleja situación que envuelve al Club León y su posible descalificación del Mundial de Clubes, poniendo en tela de juicio los límites de la FIFA y la urgencia de una discusión legislativa sobre la multipropiedad en Chile.

La polémica se encendió luego de que la FIFA determinara que León y Pachuca incumplieron el artículo 10.1 del reglamento de la Copa Mundial de Clubes, referente a los criterios de multipropiedad. Según el documento emitido por el máximo organismo del fútbol, la evaluación detectó una "toma de decisiones centralizada bajo una sola autoridad, lo cual es inconsistente con los principios de la FIFA de integridad competitiva e independencia operativa".

Lazcano explica que, paradójicamente, la FIFA deja la regulación efectiva de la multipropiedad a criterio de las federaciones, confederaciones y las propias competiciones. Esto ha permitido la existencia de conglomerados como el City Football Group y Red Bull, que poseen múltiples equipos en diversas ligas, generando interrogantes sobre la coherencia regulatoria. De hecho, la UEFA permitió en 2024 que Manchester City y Girona, ambos bajo el alero del City Group, participaran en la Champions League tras la constitución de un fideicomiso ciego, figura que el Grupo Pachuca intentó replicar para el León.

En el contexto chileno, la columnista destaca que se está impulsando una reforma a la ley de las sociedades anónimas deportivas que busca precisamente terminar con la multipropiedad, evitando así "estas medias tintas que siempre terminan beneficiando a quien tiene más poder".

Mientras el León tiene como última instancia el TAS para definir su participación en el Mundial de Clubes, Grace Lazcano plantea una pregunta fundamental que resuena en el ambiente futbolístico: "¿Por qué la FIFA, si no está de acuerdo (con la multipropiedad), no lo prohíbe derechamente?". La interrogante queda abierta, evidenciando la necesidad de una postura más clara y contundente por parte de los entes rectores del fútbol mundial.

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Jorge Sampaoli: entre el odio y la gloria

Jorge Sampaoli: entre el odio y la gloria

Por Pelotazo

Pocos entrenadores en la historia del fútbol chileno han dejado una huella tan profunda —y a la vez tan dividida— como Jorge Luis Sampaoli. Su nombre está marcado a fuego en la memoria colectiva nacional. Para algunos, es el artífice del título más importante en la historia de la Roja. Para otros, un símbolo de traición, conflicto y egos desbordados.

La paradoja es brutal. Sampaoli llevó a Chile a ganar la Copa América 2015, rompiendo una sequía de títulos que parecía eterna. Su estilo de juego vertiginoso, intenso y ofensivo enamoró al continente. La Roja era admirada, temida, respetada. La generación dorada encontró en él un conductor ideal… al menos por un tiempo.

Pero tras el triunfo vino la fractura. Declaraciones polémicas, conflictos con jugadores, disputas internas con dirigentes. Su salida, lejos de ser limpia, dejó heridas. Y desde entonces, su figura quedó atrapada en el limbo: ídolo para unos, villano para otros.

¿Por qué un técnico que tocó la gloria despierta tanto rechazo? Tal vez porque Sampaoli representa una forma de liderazgo intensa, poco diplomática, áspera. Exigente al extremo, obsesivo, desafiante. No busca caer bien. Busca ganar. Y en esa búsqueda, no todos logran resistir.

Chile no volvió a ser el mismo tras su salida. Y Sampaoli tampoco. Su carrera internacional siguió, pero con resultados dispares. Lo cierto es que nadie quedó indiferente. Porque su paso por la Roja no fue solo un ciclo exitoso: fue un punto de quiebre.

A casi una década del título continental, el debate sigue abierto. ¿Debe ser recordado como el mejor técnico de nuestra historia? ¿O su legado se ve manchado por su forma de marcharse?

En un país donde el fútbol es emoción, es identidad, es memoria, estas preguntas no son menores. Porque el juicio sobre Sampaoli, más allá de las estadísticas, habla también de lo que esperamos —y toleramos— de quienes nos llevan a la cima.

Y como toda figura divisoria, su historia no termina. Se discute. Se reinterpreta. Se vive.

Frustración total: Chile y un fracaso que va más allá de los resultados

Los números no mienten. La Selección Chilena vive uno de sus peores momentos en la historia reciente. Pero reducir el presente de la Roja a estadísticas sería quedarse corto. Porque lo que se ve en la cancha —o más bien, lo que no se ve— refleja una crisis más profunda, más estructural.

Chile está fuera de todo. Sin fútbol, sin identidad, sin respuestas. Y aunque muchos han apuntado sus dardos hacia Ricardo Gareca, lo cierto es que el problema no parte ni termina con él. El “Tigre” asumió con valentía un fierro caliente, pero la herida viene de antes. Años de malas decisiones, de falta de planificación, de ausencia de recambio real.

El equipo luce desorientado. Sin ideas, sin ritmo, sin alma. Las transiciones no existen. La defensa sufre en cada pelota cruzada. El mediocampo no encuentra conducción. Y arriba, la sensación es que todo cuesta el triple.

Pero más grave que el bajo nivel futbolístico es la desconexión emocional. La Roja ya no genera ilusión. El hincha, acostumbrado a sufrir pero también a soñar, hoy solo siente resignación. La llama que encendió a un país entero durante la generación dorada parece completamente apagada.

Los rivales ya no respetan. Ya no hay temor de enfrentar a Chile. Se acabó el miedo escénico. Y eso, más que una derrota puntual, es un síntoma alarmante.

Revertir este escenario no será tarea de un solo técnico. Será necesario un proyecto serio, una reestructuración profunda y el coraje de tomar decisiones impopulares. Porque el fracaso actual no se mide solo en puntos. Se mide en la sensación de vacío que deja cada partido.

Y cuando el fútbol ya no emociona, ya no une, ya no representa... es porque algo mucho más grave está ocurriendo.