Otra caída: "Gareca se equivoca"

Otra caída: "Gareca se equivoca"

En su más reciente columna para Minuto 90, Renzo Luvecce analizó con dureza la frustrante derrota de la Roja en Asunción frente a Paraguay, endosando una cuota importante de responsabilidad al técnico Ricardo Gareca.

Luvecce fue enfático al señalar que el "Tigre" Gareca “nuevamente se equivoca en los cambios”, describiéndolo como una tendencia del técnico el "meter a los jugadores cuando Chile va perdiendo". Específicamente, cuestionó el tardío ingreso de Luciano Cabral: “Tendría que haber ingresado desde el segundo tiempo y lo mete cuando vas perdiendo”.

El columnista tampoco comprendió la ubicación de Diego Valdés como extremo por izquierda. “Son cosas que uno no se explica, considerando que te estás jugando la clasificación por ir al mundial, por acercarte al repechaje”, lamentó. Para Luvecce, la actuación de Chile fue “decepcionante ante un equipo que no te domina y que sacó su trabajo adelante. En cambio, nosotros fuimos a buscar el partido cuando íbamos perdiendo”.

La situación de la Selección Chilena se complica y, según Luvecce, ahora “hay que esperar a Ecuador”. El analista dejó abierta la interrogante a la audiencia: “¿Para ti, qué opinas del planteamiento de Ricardo Gareca? ¿Qué opinas de la nueva derrota de la selección chilena?”.

En su más reciente columna para Minuto 90, Renzo Luvecce analizó con dureza la frustrante derrota de la Roja en Asunción frente a Paraguay, endosando una cuota importante de responsabilidad al técnico Ricardo Gareca.

Luvecce fue enfático al señalar que el "Tigre" Gareca “nuevamente se equivoca en los cambios”, describiéndolo como una tendencia del técnico el "meter a los jugadores cuando Chile va perdiendo". Específicamente, cuestionó el tardío ingreso de Luciano Cabral: “Tendría que haber ingresado desde el segundo tiempo y lo mete cuando vas perdiendo”.

El columnista tampoco comprendió la ubicación de Diego Valdés como extremo por izquierda. “Son cosas que uno no se explica, considerando que te estás jugando la clasificación por ir al mundial, por acercarte al repechaje”, lamentó. Para Luvecce, la actuación de Chile fue “decepcionante ante un equipo que no te domina y que sacó su trabajo adelante. En cambio, nosotros fuimos a buscar el partido cuando íbamos perdiendo”.

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Beausejour: "El fútbol es un movimiento social"

El fútbol no es solo un deporte. No es solo goles, camisetas y puntos. Es, como bien lo señaló Jean Beausejour en Reino Fútbol, un movimiento social en sí mismo. Y esa idea cobra fuerza cada vez que una pelota rueda en cualquier rincón del mundo.

En estadios gigantes o en canchas de tierra, el fútbol une. Cruza clases sociales, culturas, religiones e ideologías. El que cree que solo se trata de 22 personas corriendo detrás de un balón, no ha entendido su verdadera magnitud.

El fútbol es identidad. Es cultura popular. Es herencia. Pero también es protesta, espacio de resistencia, herramienta política, canal de expresión. Desde las pancartas en las galerías hasta los cánticos que exigen justicia, desde la visibilidad que le dio el deporte a causas como la igualdad de género, hasta las campañas por la paz, el fútbol ha sido un escenario más para hablar de lo que duele y lo que se sueña.

En América Latina, en particular, esta realidad es aún más intensa. Aquí el fútbol ha servido para denunciar desigualdades, unir pueblos divididos, encender procesos sociales. Los ídolos no solo representan clubes: representan barrios, esperanzas, frustraciones y sueños colectivos.

Y, al mismo tiempo, el fútbol ha sido también un espejo de lo peor: corrupción, racismo, discriminación. Pero su alcance lo vuelve poderoso: lo que se muestra en una cancha lo ve el mundo. Y eso obliga a responsabilizarse del mensaje que se entrega.

Por eso, cuando decimos que el fútbol es un movimiento social, no exageramos. Lo vivimos cada día. En cada gol, en cada hinchada, en cada historia.

El desafío ahora es entender ese poder. Y usarlo. Para construir, para incluir, para unir. Porque si el fútbol tiene esa capacidad de emocionarnos y conectarnos, también tiene la capacidad de transformarnos.

Más que un deporte, el fútbol puede —y debe— ser una fuerza de cambio.