Chile vs Ecuador: Espacio para multiculturalidad

Chile vs Ecuador: Espacio para multiculturalidad

En la antesala de un nuevo desafío para la Roja, Matías Acuña capturó una postal que refleja la pasión del fútbol más allá de las fronteras y la multiculturalidad presente en el país. Un pequeño hincha se robó las miradas y generó una particular reflexión.

Se trata del pequeño Luciano, de tan solo 11 meses, quien lucía con orgullo la camiseta de la Selección Chilena. Sin embargo, su familia representa un crisol de nacionalidades: su padre es ecuatoriano, con ocho años de residencia en Chile, y su madre es colombiana, viviendo en el país desde hace siete años.

A pesar del atuendo de su hijo y el cariño por el país que los acoge, el padre no dudó en expresar su lealtad futbolística: "¿Y tu corazón con quién está hoy día? ¿Con Ecuador o con el país de tu hijo? Con Ecuador, voy por Ecuador", afirmó, anticipando incluso un resultado favorable para su selección: "Dos cero Ecuador". Su pareja también se inclinó por el combinado ecuatoriano. Ambos destacaron, eso sí, el buen trato recibido en Chile: "El país nos ha recibido muy bien, igual estamos agradecidos acá".

La tierna imagen de Luciano, ajeno a las rivalidades y uniendo simbólicamente tres naciones, resuena con el mensaje de la publicación: "En esta triple frontera, TODOS SOMOS LUCIANO 😎 ¡VAMOS CHILE! 🇨🇱". Una muestra de cómo el deporte puede generar estos coloridos momentos de fervor compartido y sentimientos encontrados en la previa de un partido.

En la antesala de un nuevo desafío para la Roja, Matías Acuña capturó una postal que refleja la pasión del fútbol más allá de las fronteras y la multiculturalidad presente en el país. Un pequeño hincha se robó las miradas y generó una particular reflexión.

Se trata del pequeño Luciano, de tan solo 11 meses, quien lucía con orgullo la camiseta de la Selección Chilena. Sin embargo, su familia representa un crisol de nacionalidades: su padre es ecuatoriano, con ocho años de residencia en Chile, y su madre es colombiana, viviendo en el país desde hace siete años.

A pesar del atuendo de su hijo y el cariño por el país que los acoge, el padre no dudó en expresar su lealtad futbolística: "¿Y tu corazón con quién está hoy día? ¿Con Ecuador o con el país de tu hijo? Con Ecuador, voy por Ecuador", afirmó, anticipando incluso un resultado favorable para su selección: "Dos cero Ecuador". Su pareja también se inclinó por el combinado ecuatoriano. Ambos destacaron, eso sí, el buen trato recibido en Chile: "El país nos ha recibido muy bien, igual estamos agradecidos acá".

La tierna imagen de Luciano, ajeno a las rivalidades y uniendo simbólicamente tres naciones, resuena con el mensaje de la publicación: "En esta triple frontera, TODOS SOMOS LUCIANO 😎 ¡VAMOS CHILE! 🇨🇱". Una muestra de cómo el deporte puede generar estos coloridos momentos de fervor compartido y sentimientos encontrados en la previa de un partido.

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De la Iglesia: Del trauma en el Monumental al regreso

En el más reciente capítulo de Reino Fútbol, conducido por Cristián Arcos, el comunicador Eduardo de la Iglesia compartió una emotiva y cruda reflexión sobre su experiencia durante el "fatídico 10 de abril" en el Estadio Monumental y cómo este evento impactó profundamente su sentir como hincha de Colo Colo.

De la Iglesia relató la tristeza y rabia que lo embargaron tras los incidentes. "Yo tenía muy pocas ganas de volver al estadio después de eso. El 10 de abril fue la tragedia del Monumental", confesó, describiendo el día como "el triunfo de la violencia que tiene secuestrado el fútbol". El comunicador vinculó estos hechos a problemas estructurales en el club albo, mencionando dificultades durante la pretemporada del Centenario, como la falta de acuerdo en los premios y una directiva dividida. "Tan grande la división que hay en Colo Colo estructuralmente, que es imposible que estas cosas no terminen pasando", lamentó.

El impacto personal fue aún mayor al vivir los disturbios –que incluyeron vidrios rotos e invasión de la cancha– junto a uno de sus hijos. "Mi primera sensación fue de no vuelvo más al estadio. Dije no vuelvo más, menos con los niños. Él se puso a llorar, estaba muy asustado", narró. Sin embargo, con el paso de las semanas y la insistencia de sus hijos, el sentimiento colocolino pudo más. "Pasa la pena, pasa la rabia... y este domingo volví. Es que igual uno lo siente que es su casa", admitió.

Su regreso al Monumental fue una experiencia redentora: "Fue perfecto, y ganamos y todo bien, y puro canto, pura fiesta. Fue como volver al estadio de antes". A pesar de la alegría del reencuentro, De la Iglesia reconoció una inquietud persistente: "El problema es que uno está con la siempre la duda de cuánto va a durar".

La conversación completa con Eduardo de la Iglesia, donde profundiza sobre este y otros temas, ya está disponible en el canal de YouTube de Minuto 90.

Chile pierde ante Paraguay y se encienden las alarmas

Gareca se equivoca otra vez

Por Renzo Luvecce

La Roja no levanta cabeza. En un duelo clave para medir el pulso del nuevo proceso, Chile cayó ante Paraguay y dejó más dudas que certezas. El resultado no solo golpea el ánimo del equipo, también enciende las alarmas de cara a lo que viene: el inicio de la Copa América.

Bajo la dirección de Ricardo Gareca, la selección chilena intenta reconstruirse, pero la derrota ante los guaraníes deja sensaciones preocupantes. No hubo ideas claras, el equipo lució desconectado, falto de profundidad y sin liderazgo visible en el campo.

Más allá del marcador, lo que más inquieta es la falta de identidad. Esa que en otros tiempos marcaba diferencias, hoy parece diluirse partido a partido. Gareca, un técnico reconocido por imprimir carácter y orden a sus equipos, aún no logra encontrar una fórmula que saque lo mejor de esta generación en transición.

El tiempo apremia. La Copa América está a la vuelta de la esquina, y Chile no puede permitirse llegar sin confianza ni funcionamiento. El margen de error es mínimo, y los próximos días serán clave para ajustar piezas y recuperar la convicción.

Mientras tanto, la hinchada observa con escepticismo. Porque cuando se pierde, todo se cuestiona: el sistema, los nombres, las decisiones. Pero más allá del ruido, hay una verdad que se impone: Chile necesita reaccionar. Y rápido.

Porque en este momento, más que nunca, estamos al horno.