Rivarola, el ídolo de una generación

Rivarola, el ídolo de una generación

En una reveladora conversación en el programa Reino Fútbol, conducido por Cristián Arcos, el reconocido freestyler Kaiser compartió detalles sobre la figura futbolística que marcó su infancia y adolescencia: nada menos que Diego Rivarola.

Kaiser, cuyo personaje en las batallas de freestyle es 'Gokú', no dudó en señalar al exdelantero de Universidad de Chile como su principal referente. "Siempre lo he dicho, es Diego Rivarola, por todo lo que genera", afirmó. Recordó con especial emoción el "clásico gol que hizo en el Monumental", destacando cómo "celebró con la barra y todo, se sacó la camiseta... cuando se cuelga en la reja. Son partidos iguales que quedan yo creo que en la historia de la institución".

Pero la admiración no quedó solo en la cancha. Kaiser relató una conmovedora anécdota sobre cómo las vueltas de la vida lo han conectado de una manera especial con su ídolo. "Yo le pedía, le dije al Diego, se lo dije personalmente, que le pedí fotos a él cuando yo era más chico, firmas para la camiseta", confesó. Hoy, la situación ha dado un giro: "Su hijo también le gustan mucho las batallas de freestyle y todo eso. Ha tomado fotos conmigo también, hemos conversado ahí, conocido a su familia. Son bonitas las vueltas de la vida". El freestyler reflexionó sobre la importancia de la humildad: "Uno tiene que aprender a ser humilde, respetuoso, porque la vida da muchas vueltas".

Esta y otras anécdotas forman parte del más reciente capítulo de Reino Fútbol. Para conocer la historia completa de Kaiser y su admiración por Diego Rivarola, puedes ver el episodio completo en el canal de YouTube del programa.

En una reveladora conversación en el programa Reino Fútbol, conducido por Cristián Arcos, el reconocido freestyler Kaiser compartió detalles sobre la figura futbolística que marcó su infancia y adolescencia: nada menos que Diego Rivarola.

Kaiser, cuyo personaje en las batallas de freestyle es 'Gokú', no dudó en señalar al exdelantero de Universidad de Chile como su principal referente. "Siempre lo he dicho, es Diego Rivarola, por todo lo que genera", afirmó. Recordó con especial emoción el "clásico gol que hizo en el Monumental", destacando cómo "celebró con la barra y todo, se sacó la camiseta... cuando se cuelga en la reja. Son partidos iguales que quedan yo creo que en la historia de la institución".

Pero la admiración no quedó solo en la cancha. Kaiser relató una conmovedora anécdota sobre cómo las vueltas de la vida lo han conectado de una manera especial con su ídolo. "Yo le pedía, le dije al Diego, se lo dije personalmente, que le pedí fotos a él cuando yo era más chico, firmas para la camiseta", confesó. Hoy, la situación ha dado un giro: "Su hijo también le gustan mucho las batallas de freestyle y todo eso. Ha tomado fotos conmigo también, hemos conversado ahí, conocido a su familia. Son bonitas las vueltas de la vida". El freestyler reflexionó sobre la importancia de la humildad: "Uno tiene que aprender a ser humilde, respetuoso, porque la vida da muchas vueltas".

Esta y otras anécdotas forman parte del más reciente capítulo de Reino Fútbol. Para conocer la historia completa de Kaiser y su admiración por Diego Rivarola, puedes ver el episodio completo en el canal de YouTube del programa.

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Beausejour y la revancha personal que se celebra en silencio

Hay momentos en la carrera de un futbolista que no aparecen en los titulares, pero que lo cambian todo. Jean Beausejour vivió uno de esos instantes cuando, en plena concentración con la Selección Chilena, se enteró de que finalmente iba a ser titular. No era un partido cualquiera, no era una alineación más. Era la confirmación de que el trabajo, muchas veces silencioso y fuera de foco, finalmente había rendido frutos.

“Yo le había dicho a un par de compañeros que iba a jugar”, confesó tiempo después. Pero su reacción no fue de euforia ni de alegría desbordada. Fue de determinación. “No me vengan a abrazar ahora”, soltó. Porque Beausejour sabía que el fútbol está lleno de momentos en que se aplaude tarde, cuando la convicción ya viene de antes.

El lateral izquierdo, símbolo de la Generación Dorada, siempre tuvo una relación especial con la Roja. Con dos Mundiales encima, títulos con la camiseta de Chile y una carrera forjada con esfuerzo, su recorrido ha sido más de constancia que de flashes. Y en ese partido, cuando todos esperaban a otro, él demostró que todavía estaba para competir al más alto nivel.

Ese “no me vengan a abrazar ahora” no fue un desprecio. Fue una sentencia. Un mensaje para quienes dudan, para quienes aplauden solo cuando el éxito ya es evidente. Porque Beausejour nunca necesitó aprobación externa para rendir. Su motivación venía de adentro, de ese fuego que arde en los verdaderos profesionales.

En tiempos donde las carreras se construyen a golpe de viralizaciones y marketing, Beausejour nos recuerda que el fútbol sigue premiando a los que no bajan los brazos. A los que se preparan cuando nadie los ve. A los que hablan menos y corren más.

Y en silencio, como tantas veces, volvió a ganarse el respeto de todos.

Bilardo: la mente maestra que cambió la historia del fútbol argentino

Carlos Salvador Bilardo no fue simplemente un entrenador. Fue una mente brillante, un estratega que entendió el fútbol como pocos y que marcó a fuego a generaciones de jugadores y entrenadores. Su legado trasciende títulos: vive en la forma de jugar, de pensar y de sentir este deporte.

En 1986, llevó a la selección argentina a lo más alto del planeta. Su sociedad con Diego Maradona es una de las más legendarias del fútbol mundial. Pero más allá del campeonato, lo que dejó fue una manera de entender el juego: obsesiva, táctica, inteligente. Con Bilardo, nada quedaba al azar. Cada detalle contaba, cada movimiento tenía un porqué.

Sus métodos fueron cuestionados por muchos y celebrados por otros tantos. No era un técnico convencional. Podía hablar de alineaciones en una boda o cambiar un esquema en plena madrugada. Vivía para el fútbol, y el fútbol vivía en él. Desde el Estudiantes campeón de América en los años 60 hasta su obra maestra en México 86, su sello fue inconfundible.

Lo llamaban “el Doctor”, no solo por su título en medicina, sino por la precisión quirúrgica con la que diseccionaba los partidos. Cada jugada tenía detrás horas de estudio, cada resultado era producto de un plan meticulosamente ejecutado.

En tiempos donde el espectáculo muchas veces se impone a la táctica, recordar a Bilardo es volver a las raíces de un fútbol pensado, estudiado y apasionado. Su influencia sigue presente en nombres como Diego Simeone, Néstor Pekerman y tantos otros que bebieron de su sabiduría.

Carlos Salvador Bilardo no solo ganó una Copa del Mundo. Ganó el respeto eterno de quienes entienden que, en el fútbol, la cabeza es tan importante como los pies.