¿Cuál es el gol más gritado en la historia de la Roja?

¿Cuál es el gol más gritado en la historia de la Roja?

A diez años del histórico gol de Mauricio Isla a Uruguay por la Copa América 2015, la memoria de los hinchas de la Roja sigue vibrando con ese tanto que encaminó a la primera corona continental. Aquel 24 de junio, en un partido trabado y polémico, el "Huaso" desató una alegría inolvidable, y en Minuto 90 salimos a la calle para recordar ese y otros gritos que marcaron la historia de la Selección Chilena.

El tanto de Isla es, sin duda, uno de los favoritos. "Yo grité y lloré con ese gol porque fue emocionante", confesó un hincha, recordando la tensión del partido y el contexto histórico. Sin embargo, en la memoria colectiva de la "Marea Roja" existen otras joyas imborrables. El penal "picado" por Alexis Sánchez para ganar esa misma Copa América fue mencionado en repetidas ocasiones, al igual que el remate de larga distancia de Eduardo Vargas contra Perú en semifinales de ese torneo y el penal definitivo del "Gato" Silva en la Copa Centenario.

Los recuerdos viajan más atrás en el tiempo, evocando la figura de Marcelo "Matador" Salas. Sus goles a Italia en el Mundial de Francia 98 y su inolvidable actuación en Wembley son postales que perduran. "El de Marcelo Salas en Wembley es el gol más bonito de la historia", aseguró un fanático. Otros momentos destacados por los hinchas fueron el gol de Mark González a Suiza en Sudáfrica 2010 y, más recientemente, el tanto de Ben Brereton Díaz a Argentina.

Desde la legendaria dupla "Za-Sa" hasta el histórico Alberto "Tito" Fouillioux, cada generación tiene su propio gol sagrado. La discusión queda abierta y la pasión sigue intacta, demostrando que hay goles que nunca se olvidan.

Y para ti, ¿cuál es el gol de la Roja que más has gritado? ¡Deja tu comentario

A diez años del histórico gol de Mauricio Isla a Uruguay por la Copa América 2015, la memoria de los hinchas de la Roja sigue vibrando con ese tanto que encaminó a la primera corona continental. Aquel 24 de junio, en un partido trabado y polémico, el "Huaso" desató una alegría inolvidable, y en Minuto 90 salimos a la calle para recordar ese y otros gritos que marcaron la historia de la Selección Chilena.

El tanto de Isla es, sin duda, uno de los favoritos. "Yo grité y lloré con ese gol porque fue emocionante", confesó un hincha, recordando la tensión del partido y el contexto histórico. Sin embargo, en la memoria colectiva de la "Marea Roja" existen otras joyas imborrables. El penal "picado" por Alexis Sánchez para ganar esa misma Copa América fue mencionado en repetidas ocasiones, al igual que el remate de larga distancia de Eduardo Vargas contra Perú en semifinales de ese torneo y el penal definitivo del "Gato" Silva en la Copa Centenario.

Los recuerdos viajan más atrás en el tiempo, evocando la figura de Marcelo "Matador" Salas. Sus goles a Italia en el Mundial de Francia 98 y su inolvidable actuación en Wembley son postales que perduran. "El de Marcelo Salas en Wembley es el gol más bonito de la historia", aseguró un fanático. Otros momentos destacados por los hinchas fueron el gol de Mark González a Suiza en Sudáfrica 2010 y, más recientemente, el tanto de Ben Brereton Díaz a Argentina.

Desde la legendaria dupla "Za-Sa" hasta el histórico Alberto "Tito" Fouillioux, cada generación tiene su propio gol sagrado. La discusión queda abierta y la pasión sigue intacta, demostrando que hay goles que nunca se olvidan.

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Hay plantel: la banca de lujo que ilusiona a la Roja

La Selección Chilena se prepara para su próximo desafío con una certeza que se repite cada vez más en la conversación futbolera nacional: hay plantel. Atrás quedaron los años en que una baja en la oncena titular era sinónimo de preocupación. Hoy, la banca de suplentes también promete.

Lo dijo Jean Beausejour, lo comentan los medios, lo perciben los hinchas. La Roja tiene fondo de armario, y eso en torneos exigentes como la Copa América puede marcar la diferencia. Ya no se trata solo de once nombres que entran a la cancha. Se trata de un grupo amplio, competitivo, con variantes y perfiles distintos.

Basta mirar las alternativas. Jugadores que en otros tiempos eran fijos en la titular hoy esperan su oportunidad con humildad y hambre. Jóvenes que vienen empujando fuerte, experimentados con rodaje internacional, especialistas en roles clave. Todos con una misma misión: sumar cuando les toque.

Esta profundidad de plantel permite soñar con rotaciones sin perder nivel, con estrategias flexibles, con la capacidad de adaptarse a distintos rivales. Pero también es una señal del trabajo serio que se viene haciendo en la interna. Gareca ha logrado algo que parecía perdido: armar un equipo con competencia interna sana, sin egos desbordados y con roles bien definidos.

Chile no solo tiene una generación nueva en crecimiento. También tiene nombres consolidados, y sobre todo, un cuerpo técnico que cree en el colectivo por sobre las individualidades.

El torneo está a la vuelta de la esquina. Y si bien los partidos se ganan en la cancha, contar con una banca fuerte es una ventaja táctica, emocional y estratégica.

Hay plantel. Y con eso, hay motivos para ilusionarse.

Incluso los extranjeros sienten a La Roja como suya

Hay partidos que no conocen de fronteras. Que no entienden de nacionalidades ni pasaportes. Que se juegan con la misma pasión por quienes nacieron en Chile como por quienes, desde otros rincones del mundo, decidieron hacer de este país su hogar. Y hoy, cuando juega la Selección, todos estamos con La Roja. Incluso los extranjeros.

Así lo reflejan historias como la de Rafael, un hincha que no nació en Chile, pero que lo vive como si llevara el escudo en la piel desde siempre. “Como vivimos aquí en Chile, es mi segundo país”, dice. Y esa frase, breve pero poderosa, resume lo que muchas personas sienten cuando ven a la Roja salir a la cancha.

El fútbol tiene esa magia de integrar, de emocionar, de representar más allá de lo evidente. Y en un país que ha abierto sus puertas a miles de migrantes en los últimos años, la selección se ha convertido también en un punto de encuentro, en un símbolo de unidad.

Rafael no es el único. Hay miles que hoy se emocionan con el himno, que gritan los goles, que sufren las derrotas y celebran los triunfos. Porque amar a un país también puede empezar en una cancha. Y el fútbol chileno, con su historia de lucha, coraje y gloria, tiene ese poder de enamorar.

En tiempos donde el debate sobre la identidad y la pertenencia muchas veces se polariza, estas muestras de cariño espontáneo hablan por sí solas. Hoy, más que nunca, la Roja es de todos. Y eso es algo que el fútbol chileno debe cuidar, abrazar y celebrar.

Porque cuando el equipo de todos logra realmente serlo, no hay nada más poderoso. Ni más chileno.