Deporte femenino: ¿Tema de Estado?

Deporte femenino: ¿Tema de Estado?

En el marco del 8M, Grace Lazcano, en su columna para Minuto 90, nos ofrece un baño de realidad respecto a la situación actual del deporte femenino y las acciones que se están implementando en otros países. Lazcano subraya que el fútbol no es la excepción y requiere de una ayuda inmediata y decidida.

La columnista plantea una pregunta fundamental: ¿Debe el deporte femenino ser un tema de Estado? Las cifras respaldan la urgencia: "Siete de cada 10 personas consume deporte femenino. Las audiencias se han triplicado desde 2019. Pero sólo el 20 % de la cobertura de los medios está dedicado al deporte femenino". Esta brecha es evidente, al punto que "no hay ninguna mujer dentro de los 100 deportistas mejores pagados del mundo". En el contexto local, Lazcano lamenta que "el campeonato nacional femenino nuevamente no va a tener televisión y la audiencia va a decaer", a pesar de un potencial valor de derechos audiovisuales de "$16 millones por temporada".

Como ejemplo a seguir, se destaca el Reino Unido, donde el deporte femenino se considera "cosa de estado". Allí, "la Liga Femenina de fútbol de Inglaterra superó los $128 millones en ganancias en la temporada 2023-2024", y "ocho de los 15 clubes que más facturan en sus ramas femeninas son británicos". Iniciativas como el Women Sports Investment Accelerator buscan convertir al Reino Unido en "el destino principal de inversión de deporte femenino del mundo", apoyando nueve disciplinas y a 20 líderes para conectar inversores y clubes. Lazcano concluye que "esto no es caridad. Inversión atrae más inversión", ya que se obtiene un producto de calidad si se invierte y trabaja seriamente. La interrogante final que nos deja la columna es: ¿CÓMO PODEMOS AYUDAR COMO SOCIEDAD? y, en línea con el análisis de Lazcano, ¿creen que el deporte femenino deba ser un tema de estado?

En el marco del 8M, Grace Lazcano, en su columna para Minuto 90, nos ofrece un baño de realidad respecto a la situación actual del deporte femenino y las acciones que se están implementando en otros países. Lazcano subraya que el fútbol no es la excepción y requiere de una ayuda inmediata y decidida.

La columnista plantea una pregunta fundamental: ¿Debe el deporte femenino ser un tema de Estado? Las cifras respaldan la urgencia: "Siete de cada 10 personas consume deporte femenino. Las audiencias se han triplicado desde 2019. Pero sólo el 20 % de la cobertura de los medios está dedicado al deporte femenino". Esta brecha es evidente, al punto que "no hay ninguna mujer dentro de los 100 deportistas mejores pagados del mundo". En el contexto local, Lazcano lamenta que "el campeonato nacional femenino nuevamente no va a tener televisión y la audiencia va a decaer", a pesar de un potencial valor de derechos audiovisuales de "$16 millones por temporada".

Como ejemplo a seguir, se destaca el Reino Unido, donde el deporte femenino se considera "cosa de estado". Allí, "la Liga Femenina de fútbol de Inglaterra superó los $128 millones en ganancias en la temporada 2023-2024", y "ocho de los 15 clubes que más facturan en sus ramas femeninas son británicos". Iniciativas como el Women Sports Investment Accelerator buscan convertir al Reino Unido en "el destino principal de inversión de deporte femenino del mundo", apoyando nueve disciplinas y a 20 líderes para conectar inversores y clubes. Lazcano concluye que "esto no es caridad. Inversión atrae más inversión", ya que se obtiene un producto de calidad si se invierte y trabaja seriamente. La interrogante final que nos deja la columna es: ¿CÓMO PODEMOS AYUDAR COMO SOCIEDAD? y, en línea con el análisis de Lazcano, ¿creen que el deporte femenino deba ser un tema de estado?

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Hay plantel: la banca de lujo que ilusiona a la Roja

La Selección Chilena se prepara para su próximo desafío con una certeza que se repite cada vez más en la conversación futbolera nacional: hay plantel. Atrás quedaron los años en que una baja en la oncena titular era sinónimo de preocupación. Hoy, la banca de suplentes también promete.

Lo dijo Jean Beausejour, lo comentan los medios, lo perciben los hinchas. La Roja tiene fondo de armario, y eso en torneos exigentes como la Copa América puede marcar la diferencia. Ya no se trata solo de once nombres que entran a la cancha. Se trata de un grupo amplio, competitivo, con variantes y perfiles distintos.

Basta mirar las alternativas. Jugadores que en otros tiempos eran fijos en la titular hoy esperan su oportunidad con humildad y hambre. Jóvenes que vienen empujando fuerte, experimentados con rodaje internacional, especialistas en roles clave. Todos con una misma misión: sumar cuando les toque.

Esta profundidad de plantel permite soñar con rotaciones sin perder nivel, con estrategias flexibles, con la capacidad de adaptarse a distintos rivales. Pero también es una señal del trabajo serio que se viene haciendo en la interna. Gareca ha logrado algo que parecía perdido: armar un equipo con competencia interna sana, sin egos desbordados y con roles bien definidos.

Chile no solo tiene una generación nueva en crecimiento. También tiene nombres consolidados, y sobre todo, un cuerpo técnico que cree en el colectivo por sobre las individualidades.

El torneo está a la vuelta de la esquina. Y si bien los partidos se ganan en la cancha, contar con una banca fuerte es una ventaja táctica, emocional y estratégica.

Hay plantel. Y con eso, hay motivos para ilusionarse.

Hay que cuidar el fútbol: el llamado de quienes aman este juego

Por estos días, donde la polémica, la desinformación y los intereses cruzados parecen tomar protagonismo en el fútbol chileno, una frase vuelve a tomar fuerza: hay que cuidar el fútbol. No se trata de una consigna vacía, sino de un llamado urgente desde dentro del mismo deporte.

Porque el fútbol no solo se juega en la cancha. Se juega en los pasillos de los clubes, en las oficinas de los dirigentes, en las decisiones de los árbitros y en el relato de los medios. Se juega también en la relación con los hinchas, en la credibilidad del torneo, en el respeto por los valores que le dieron sentido a este juego desde sus inicios.

La reflexión es clara: si no se protege el espíritu del fútbol, lo demás pierde valor. Si se privilegia la conveniencia por sobre la justicia deportiva, si se manipula el reglamento según la camiseta, si se debilita la transparencia institucional, el espectáculo termina vaciándose.

Y por eso, figuras del entorno futbolero —jugadores, entrenadores, periodistas— han levantado la voz. No desde la polémica gratuita, sino desde la preocupación real. Porque saben que cuando el fútbol se mancha, pierde su conexión con la gente. Y sin esa conexión, no queda nada.

Cuidar el fútbol es respetar al hincha. Es no banalizar las reglas. Es formar con ética. Es mirar a largo plazo. Es exigir lo mismo a todos. Es entender que detrás de cada partido hay historia, hay esfuerzo, hay comunidad.

Hoy, más que nunca, esa frase debe dejar de ser un eslogan y convertirse en acción. Porque cuidar el fútbol es cuidarnos a todos. A los que jugamos, a los que relatamos, a los que soñamos.

Y si aún hay tiempo, cuidémoslo. Antes de que sea tarde.