Entre cracks se entienden: la admiración detrás del relato

Entre cracks se entienden: la admiración detrás del relato

En el fútbol, el talento reconoce al talento. Es una ley no escrita, pero inquebrantable. Lo mismo ocurre con quienes lo relatan, lo sienten y lo traducen para millones de hinchas. Y pocas veces queda tan claro como cuando un relator consagrado confiesa su respeto por otro.

Eso fue lo que hizo recientemente Gustavo Huerta, una de las voces más queridas del relato deportivo chileno, al referirse a Juan Manuel Ramírez Kloss, histórico periodista y relator argentino. Con humildad y admiración, Huerta reveló que lo estudió, que grabó sus transmisiones, que escuchó cada inflexión de su voz para aprender.

“Grabé una transmisión, lo estudié. Me impresionó lo que hacía. Era elegante, era fino, con frases limpias. Lo escuchabas y no te agredía. Parecía un tipo bueno”, relató. Más allá del contenido, lo que transmite esta confesión es claro: entre cracks se entienden.

Huerta no necesitaba halagar a Kloss para validar su carrera. Pero lo hizo porque quienes aman el relato saben que ese arte tiene historia, tiene legado, tiene referentes. Y reconocer al otro, lejos de disminuir, enriquece.

En un medio competitivo, donde a veces prima el ego, este tipo de gestos reconcilian al fútbol con su raíz más noble: el respeto. El respeto por los que vinieron antes, por los que abrieron camino, por los que enseñaron sin querer.

Y es que en el relato, como en la cancha, el talento se reconoce sin necesidad de palabras. Pero cuando se expresan, valen doble.

Porque sí, entre cracks se entienden. Y entre quienes sienten el fútbol de verdad, también.

En el fútbol, el talento reconoce al talento. Es una ley no escrita, pero inquebrantable. Lo mismo ocurre con quienes lo relatan, lo sienten y lo traducen para millones de hinchas. Y pocas veces queda tan claro como cuando un relator consagrado confiesa su respeto por otro.

Eso fue lo que hizo recientemente Gustavo Huerta, una de las voces más queridas del relato deportivo chileno, al referirse a Juan Manuel Ramírez Kloss, histórico periodista y relator argentino. Con humildad y admiración, Huerta reveló que lo estudió, que grabó sus transmisiones, que escuchó cada inflexión de su voz para aprender.

“Grabé una transmisión, lo estudié. Me impresionó lo que hacía. Era elegante, era fino, con frases limpias. Lo escuchabas y no te agredía. Parecía un tipo bueno”, relató. Más allá del contenido, lo que transmite esta confesión es claro: entre cracks se entienden.

Huerta no necesitaba halagar a Kloss para validar su carrera. Pero lo hizo porque quienes aman el relato saben que ese arte tiene historia, tiene legado, tiene referentes. Y reconocer al otro, lejos de disminuir, enriquece.

En un medio competitivo, donde a veces prima el ego, este tipo de gestos reconcilian al fútbol con su raíz más noble: el respeto. El respeto por los que vinieron antes, por los que abrieron camino, por los que enseñaron sin querer.

Y es que en el relato, como en la cancha, el talento se reconoce sin necesidad de palabras. Pero cuando se expresan, valen doble.

Porque sí, entre cracks se entienden. Y entre quienes sienten el fútbol de verdad, también.

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El origen de la chilena

En una nueva edición de su popular sección #arcostecuenta, Cristián Arcos se sumergió en los anales del fútbol para desentrañar el origen de una de las maniobras más espectaculares y reconocidas a nivel mundial: la chilena. Respondiendo a las consultas de los seguidores de Minuto 90, Arcos relató la fascinante historia detrás de esta acrobática jugada y el porqué de su nombre, ligada intrínsecamente a una figura clave: Ramón Unzaga.

La historia nos traslada a Ramón Unzaga, nacido en el País Vasco, España, quien llegó a Chile a los 14 años junto a su familia, estableciéndose en la zona de Talcahuano. Además de trabajar como contador y bombero, Unzaga deslumbraba en los equipos locales con una pirueta insólita para la época: lanzarse de espaldas para impactar el balón con fuerza en el aire. Esta jugada, que realizaba "tres, cuatro veces por partido", comenzó a ser conocida como la "chorera", en alusión al gentilicio de la gente y los equipos de Talcahuano.

Unzaga adoptó la nacionalidad chilena y defendió los colores de la Selección Chilena, llegando incluso a ser su capitán entre 1916 y 1920. Fue precisamente durante sus participaciones con el combinado nacional que la prensa argentina, asombrada por la coordinación y audacia del futbolista chileno al ejecutar repetidamente esta maniobra, la bautizó como "la chilena".

Lamentablemente, Ramón Unzaga falleció prematuramente a los 31 años debido a un infarto. Sin embargo, su legado perdura. En 2014, se erigió un monumento en las afueras del estadio El Morro de Talcahuano, inmortalizando a Unzaga en plena ejecución de la famosa jugada.

Natalia Alarcón: La 1ª Chilena en Europa

Cristián Arcos nos sumerge en una de esas historias que marcan un antes y un después en el deporte nacional. En su sección #arcostecuenta, nos presenta la increíble trayectoria de Natalia Alarcón, la primera futbolista chilena que rompió barreras y jugó profesionalmente en Europa.

Nacida en la zona de La Serena, Natalia Alarcón dio sus primeros pasos en el fútbol jugando con sus primos y familiares. Su talento la llevó a integrarse a una academia, pero en un contexto donde el fútbol femenino organizado era inexistente, tuvo que hacerlo en un equipo de niños. Para no llamar la atención, su entrenador de entonces le pidió que se cortara el pelo para parecer un niño y que sus compañeros la llamaran por su apellido, "Alarcón", en los partidos, ocultando así que una jugadora destacaba entre ellos.

A los 13 años, la vida de Natalia dio un giro cuando se mudó con su familia a Holanda. Allí se encontró con una realidad completamente distinta: un fútbol femenino desarrollado, con equipos, competencias y ligas establecidas, incluyendo primera y segunda división. Rápidamente se enroló en diversos equipos, iniciando una carrera profesional en el fútbol holandés e incluso recibió un ofrecimiento para jugar por la selección de ese país, aunque los trámites administrativos finalmente no prosperaron.

Tras su experiencia europea, Alarcón regresó a vivir a Chile. Su vínculo con el fútbol y la selección chilena tuvo un momento especial en 2019, cuando asistió como una aficionada más al Mundial de Francia, donde La Roja Femenina hacía historia disputando por primera vez la máxima cita planetaria. La historia de Natalia, quien hoy vive en Chile, nos recuerda, como bien señala Arcos, que a pesar del notable desarrollo del fútbol femenino, aún existen considerables brechas en comparación con el masculino.

Esta es la impactante historia de Natalia Alarcón, la pionera chilena en el fútbol europeo. Te invitamos a unirte a la comunidad de Minuto 90: suscríbete a nuestras plataformas y déjanos tus comentarios en nuestras redes sociales para que Cristián Arcos pueda seguir compartiendo más relatos y respondiendo tus inquietudes en su sección #arcostecuenta.