Beausejour: "El fútbol es un movimiento social"

Beausejour: "El fútbol es un movimiento social"

El fútbol no es solo un deporte. No es solo goles, camisetas y puntos. Es, como bien lo señaló Jean Beausejour en Reino Fútbol, un movimiento social en sí mismo. Y esa idea cobra fuerza cada vez que una pelota rueda en cualquier rincón del mundo.

En estadios gigantes o en canchas de tierra, el fútbol une. Cruza clases sociales, culturas, religiones e ideologías. El que cree que solo se trata de 22 personas corriendo detrás de un balón, no ha entendido su verdadera magnitud.

El fútbol es identidad. Es cultura popular. Es herencia. Pero también es protesta, espacio de resistencia, herramienta política, canal de expresión. Desde las pancartas en las galerías hasta los cánticos que exigen justicia, desde la visibilidad que le dio el deporte a causas como la igualdad de género, hasta las campañas por la paz, el fútbol ha sido un escenario más para hablar de lo que duele y lo que se sueña.

En América Latina, en particular, esta realidad es aún más intensa. Aquí el fútbol ha servido para denunciar desigualdades, unir pueblos divididos, encender procesos sociales. Los ídolos no solo representan clubes: representan barrios, esperanzas, frustraciones y sueños colectivos.

Y, al mismo tiempo, el fútbol ha sido también un espejo de lo peor: corrupción, racismo, discriminación. Pero su alcance lo vuelve poderoso: lo que se muestra en una cancha lo ve el mundo. Y eso obliga a responsabilizarse del mensaje que se entrega.

Por eso, cuando decimos que el fútbol es un movimiento social, no exageramos. Lo vivimos cada día. En cada gol, en cada hinchada, en cada historia.

El desafío ahora es entender ese poder. Y usarlo. Para construir, para incluir, para unir. Porque si el fútbol tiene esa capacidad de emocionarnos y conectarnos, también tiene la capacidad de transformarnos.

Más que un deporte, el fútbol puede —y debe— ser una fuerza de cambio.

El fútbol no es solo un deporte. No es solo goles, camisetas y puntos. Es, como bien lo señaló Jean Beausejour en Reino Fútbol, un movimiento social en sí mismo. Y esa idea cobra fuerza cada vez que una pelota rueda en cualquier rincón del mundo.

En estadios gigantes o en canchas de tierra, el fútbol une. Cruza clases sociales, culturas, religiones e ideologías. El que cree que solo se trata de 22 personas corriendo detrás de un balón, no ha entendido su verdadera magnitud.

El fútbol es identidad. Es cultura popular. Es herencia. Pero también es protesta, espacio de resistencia, herramienta política, canal de expresión. Desde las pancartas en las galerías hasta los cánticos que exigen justicia, desde la visibilidad que le dio el deporte a causas como la igualdad de género, hasta las campañas por la paz, el fútbol ha sido un escenario más para hablar de lo que duele y lo que se sueña.

En América Latina, en particular, esta realidad es aún más intensa. Aquí el fútbol ha servido para denunciar desigualdades, unir pueblos divididos, encender procesos sociales. Los ídolos no solo representan clubes: representan barrios, esperanzas, frustraciones y sueños colectivos.

Y, al mismo tiempo, el fútbol ha sido también un espejo de lo peor: corrupción, racismo, discriminación. Pero su alcance lo vuelve poderoso: lo que se muestra en una cancha lo ve el mundo. Y eso obliga a responsabilizarse del mensaje que se entrega.

Por eso, cuando decimos que el fútbol es un movimiento social, no exageramos. Lo vivimos cada día. En cada gol, en cada hinchada, en cada historia.

El desafío ahora es entender ese poder. Y usarlo. Para construir, para incluir, para unir. Porque si el fútbol tiene esa capacidad de emocionarnos y conectarnos, también tiene la capacidad de transformarnos.

Más que un deporte, el fútbol puede —y debe— ser una fuerza de cambio.

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Mimica: "Nunca más chilenos contra chilenos"

En el más reciente capítulo de Reino Fútbol, programa conducido por Cristián Arcos, el legendario relator Vladimiro Mimica compartió una potente y necesaria reflexión. El episodio completo ya se encuentra disponible en el canal de Youtube de Minuto 90.

El "Tenor del Gol" aprovechó la instancia para realizar una férrea defensa de la democracia, abordando la importancia de no repetir los errores del pasado. "Nunca más puede ocurrir esto en Chile. Que chilenos nos matemos entre chilenos por pensar distinto", sentenció Mimica, quien recordó su propia experiencia al haber estado detenido en el Estadio Nacional.

Con firmeza, el comunicador criticó a aquellos que intentan justificar la violencia política. "Me parece increíble que políticos con alguna estatura, que incluso pretenden llegar a la presidencia de la República, justifiquen que entre el 73 y 74 se pudo matar. Pero por favor, no, nunca más", expresó. Añadió que "si no tienes democracia, tienes dictadura. Tú no puedes maquillar a la dictadura. Las dictaduras son donde tú pierdes las libertades esenciales del ser humano".

La reflexión de Mimica también se extendió al ámbito del fútbol, lamentando cómo la agresividad se ha naturalizado. "Me duele que en esta actividad llamada fútbol parta de los dirigentes mismos, agresivos hasta llegar a los golpes, continúe con los jugadores, con los medios de comunicación. Somos responsables calentando los clásicos. ¿Este partido es de vida o muerte? No, no hay partidos de vida y muerte. Es un partido de fútbol", concluyó.

Te invitamos a ver la entrevista completa y la profunda reflexión de Vladimiro Mimica en el último capítulo de Reino Fútbol en nuestro canal de Youtube.

Sueldos en el fútbol: dura realidad

En un nuevo mini documental, el equipo de Minuto 90 se adentra en una de las problemáticas menos visibles pero más impactantes del fútbol chileno: la precaria situación económica de muchos jugadores profesionales. Lejos de los salarios astronómicos que se imaginan para las grandes estrellas, la realidad del futbolista promedio en Chile, considerando las tres ligas profesionales, a menudo está marcada por la inestabilidad y los ingresos insuficientes.

Para ilustrar esta cruda realidad, destacamos el testimonio de Carlos “Shrek” Espinoza, exjugador de Deportes Puerto Montt. Espinoza relata las dificultades vividas: "En el caso mío, los compañeros que yo tuve, algunos cobrábamos y no llegábamos a fin de mes. Casos grandes donde hay compañeros que hoy en día no la pasan bien". Recuerda su paso por el club sureño, donde los problemas eran palpables: "Antiguamente también, por ejemplo, en Puerto Montt, no te pagaban completamente el sueldo, incluso estaba medio complicado, te pagaban el 50%, y después el resto".

El exdefensor también abordó la complejidad de los contratos en aquella época: "En ese tiempo estaban los contratos prorrogables, y eran por cuatro años con la institución. Entonces los muchachos me decían que no firmara el contrato prorrogable... el prorrogable era el amarillo y el de plazo fijo era el azul. Me recomendaron que no firmara el amarillo... Salí de la oficina, estaban todos esperándome... y firmé el amarillo. Ahí me subieron y bajaron por muy poco dinero. En ese tiempo yo ganaba $180.000 mensuales, por cuatro años". Esta experiencia lo llevó a una profunda reflexión personal: "Me cuestiono el no haberme preparado antes, de haber estudiado una profesión, alguna carrera para poder tener algún tipo de ingreso después del fútbol".

Visibilizar estas situaciones es fundamental, como bien se señala, para comenzar a abordar y resolver los distintos aspectos que tienen al fútbol chileno sumido en una crisis deportiva y social. Desde Minuto 90, como hinchas comprometidos con nuestro fútbol, reafirmamos la importancia de esta tarea.

Te invitamos a ver el mini documental completo con el testimonio de Carlos Espinoza y más sobre esta temática en nuestro canal de Youtube.