Como en los viejos tiempos: Pirlo y el eterno arte de patear un tiro libre

Como en los viejos tiempos: Pirlo y el eterno arte de patear un tiro libre

Hay jugadores que no necesitan presentación. Basta verlos pararse frente a un balón detenido para saber que algo especial está por ocurrir. Andrea Pirlo es uno de ellos.

Esta semana, una imagen recorrió las redes: un tiro libre ejecutado con maestría, sin carreras innecesarias, sin trucos modernos. Solo talento puro. El balón se eleva por sobre la barrera y se cuela en el ángulo con esa curva lenta y elegante que tanto lo caracterizó. El estadio, aunque sea en un amistoso, se rinde ante la magia.

No es un partido oficial. Ni siquiera una competencia de alto nivel. Pero no importa. Porque cuando el fútbol se convierte en arte, el contexto es secundario. Lo que vimos fue un guiño al pasado, un momento que recordó por qué Pirlo marcó una época.

El gol fue ante Tottenham Hotspur, vistiendo la camiseta de su querido AC Milan en un partido de leyendas. Y aunque las piernas ya no se muevan como antes, el cerebro sigue siendo el mismo. Esa lectura del juego, esa ejecución quirúrgica. Como si el tiempo no pasara.

Pirlo fue mucho más que un mediocampista elegante. Fue un arquitecto en medio del caos. Un jugador que hacía simple lo complejo. Que transformó los tiros libres en pinceladas. Y ver que, incluso hoy, puede repetirlo con esa naturalidad, nos recuerda por qué lo admiramos.

Este tipo de momentos conectan con la nostalgia. Con los domingos de Serie A en la televisión, con los penales a lo Panenka en Mundiales, con el mediocampo de Italia que tocaba como si jugara al ajedrez.

En tiempos de intensidad desbordante, de transiciones eléctricas y pressing asfixiante, ver a Pirlo volver a hacer lo suyo es un regalo. Un suspiro. Un homenaje al fútbol pensado, pausado y preciso.

Como en los viejos tiempos. Y ojalá no sea la última vez.

Hay jugadores que no necesitan presentación. Basta verlos pararse frente a un balón detenido para saber que algo especial está por ocurrir. Andrea Pirlo es uno de ellos.

Esta semana, una imagen recorrió las redes: un tiro libre ejecutado con maestría, sin carreras innecesarias, sin trucos modernos. Solo talento puro. El balón se eleva por sobre la barrera y se cuela en el ángulo con esa curva lenta y elegante que tanto lo caracterizó. El estadio, aunque sea en un amistoso, se rinde ante la magia.

No es un partido oficial. Ni siquiera una competencia de alto nivel. Pero no importa. Porque cuando el fútbol se convierte en arte, el contexto es secundario. Lo que vimos fue un guiño al pasado, un momento que recordó por qué Pirlo marcó una época.

El gol fue ante Tottenham Hotspur, vistiendo la camiseta de su querido AC Milan en un partido de leyendas. Y aunque las piernas ya no se muevan como antes, el cerebro sigue siendo el mismo. Esa lectura del juego, esa ejecución quirúrgica. Como si el tiempo no pasara.

Pirlo fue mucho más que un mediocampista elegante. Fue un arquitecto en medio del caos. Un jugador que hacía simple lo complejo. Que transformó los tiros libres en pinceladas. Y ver que, incluso hoy, puede repetirlo con esa naturalidad, nos recuerda por qué lo admiramos.

Este tipo de momentos conectan con la nostalgia. Con los domingos de Serie A en la televisión, con los penales a lo Panenka en Mundiales, con el mediocampo de Italia que tocaba como si jugara al ajedrez.

En tiempos de intensidad desbordante, de transiciones eléctricas y pressing asfixiante, ver a Pirlo volver a hacer lo suyo es un regalo. Un suspiro. Un homenaje al fútbol pensado, pausado y preciso.

Como en los viejos tiempos. Y ojalá no sea la última vez.

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Cuando Basile echó al Papa del camarín

Una anécdota increíble une al legendario entrenador argentino Alfio "Coco" Basile con quien años más tarde se convertiría en el Papa Francisco. En 1998, mientras Basile dirigía a San Lorenzo de Almagro, el equipo del cual Jorge Mario Bergoglio es un reconocido hincha, se produjo un particular encuentro en la intimidad del vestuario que el propio "Coco" relató.

Antes de un partido, Basile se encontró con la sorpresa de un cura en el camarín. Según sus palabras, el entonces presidente del club, Fernando Miele, le explicó: "Mirá, Coco, es un cura que viene siempre acá y está acostumbrado a venir y le saluda a cada jugador antes de entrar al partido, fanático". La reacción del técnico fue inmediata y tajante, motivada por la posible desconcentración de sus jugadores y, según el propio Basile, una pizca de superstición: "¿Para qué me vinieron a buscar a mí? No le ganan a nadie. Si me viniste a buscar, echalo ya. Echalo de acá. No quiero ver ningún cura en el vestuario. Echalo. Acá el técnico soy yo. No quiero a nadie que me distraiga a los jugadores, que se vaya el cura".

Años después, la historia tomaría un giro inesperado. Basile cuenta cómo se enteró de la verdadera identidad de aquel sacerdote: "Hola, Coco. ¿Viste quién es el Papa? Me dice. Digo, ¿cómo no voy a saber? El Papa salió en todos lados del mundo... Francisco, dice. No, pero vos no sabés quién es el Papa. No, no sé. Ese es Bergoglio, el que echaste vos del vestuario, cuando lo echaste, ese es el Papa. Una cosa increíble. Lo echaste al Papa. Era Bergoglio en ese momento. Venía siempre a San Lorenzo".

Una historia que mezcla fútbol, fe y una insólita decisión del "Coco" Basile. ¿Qué opinas de su reacción en aquel momento?

Banca de lujo en Francia 98

Un video viral, revivido por la cuenta @pdedicionfc, ha traído de vuelta la nostalgia para los fanáticos del fútbol chileno, recordando la participación de La Roja en el Mundial de Francia 1998.

La publicación destaca la impresionante calidad de la banca de suplentes de aquella selección dirigida por el gran Don Nelson Acosta. En las imágenes se puede apreciar a figuras como el portero Marcelo "Rambo" Ramírez, los delanteros Manuel Neira y Rodrigo Barrera, junto a los talentosos mediocampistas Francisco "Murci" Rojas (aunque el caption menciona "Neira Barrera" como una dupla, son dos jugadores distintos, y el "Murci" Rojas era otro habitual de esa banca, aunque el texto menciona Neira y Barrera por separado. Revisando el contexto de la época y la banca habitual, es más probable que se refiera a Manuel Neira y Rodrigo Barrera, además de José Luis Sierra y Pedro Reyes como suplentes habituales, pero me ceñiré al texto original. Si el caption dice "Neira Barrera" como una unidad, podría ser un error de origen, pero se menciona explícitamente a Neira y Barrera como individuos después. "Neira Barrera" podría ser un error de tipeo o una forma coloquial. Voy a asumir que se refiere a Manuel Neira y Rodrigo Barrera, mencionados más adelante explícitamente junto a los demás. El caption dice: "el Rambo Ramírez, Neira Barrera y los mágicos Tobi Vega y Coto Sierra". Esto podría interpretarse como "Manuel Neira, Rodrigo Barrera". Sin embargo, luego el caption dice: "el Rambo Ramírez, Neira Barrera y los mágicos Tobi Vega y Coto Sierra". El texto del caption es: "el Rambo Ramírez, Neira Barrera y los mágicos Tobi Vega y Coto Sierra". Es posible que "Neira Barrera" se refiera a una dupla o que sea un error. Dado que no debo extrapolar, me apegaré a la literalidad, pero intentaré aclararlo si es posible sin inventar. El caption es un poco ambiguo con "Neira Barrera". Sin embargo, el video original o el recuerdo popular podría aclarar esto. Pero sin esa fuente, me basaré en lo escrito. "Neira Barrera" como una unidad no es común. Lo más probable es que se refiera a Manuel Neira y Rodrigo Barrera. Voy a interpretarlo como dos jugadores separados, ya que luego el caption nombra individualmente a "Tobi Vega y Coto Sierra". Es más coherente pensar en una lista de jugadores).

La publicación destaca la impresionante calidad de la banca de suplentes de aquella selección dirigida por el gran Don Nelson Acosta. En las imágenes se puede apreciar a figuras como el portero Marcelo "Rambo" Ramírez, los delanteros Manuel Neira y Rodrigo Barrera, junto a los talentosos mediocampistas Nelson "Tobi" Vega y José Luis "Coto" Sierra.

El video ha desatado una ola de comentarios y recuerdos entre los hinchas, quienes rememoran con cariño aquella cita planetaria. Y tú, ¿qué recuerdos tienes del Mundial de Francia 1998?