Álvaro Barrientos se rinde ante el Matador

Álvaro Barrientos se rinde ante el Matador

El reconocido cocinero Álvaro Barrientos, declarado hincha de Universidad de Chile, fue el más reciente invitado a Reino Fútbol, donde en una distendida conversación con Cristián Arcos reveló su máxima admiración por una leyenda del fútbol chileno: Marcelo Salas.

"Mi gran ídolo del fútbol es Marcelo Salas", confesó Barrientos sin dudar. El chef recordó con especial emoción la histórica campaña de la U en 1994, un título que vivió intensamente y que lo marcó para siempre. "Fue literalmente así como un salvador en uno de los momentos más delicados y complicados de mi amada Universidad de Chile", señaló, destacando la conexión generacional que siente con el "Matador".

Barrientos no escatimó en elogios para describir las cualidades del exdelantero. "Un jugador así de completo, que controlaba con una maestría increíble, (...) siempre al borde de la posición de adelanto, entrando súper bien perfilado, con un cabezazo que cuesta encontrar", detalló. Además, recordó su exitoso paso por Argentina: "Lo gocé cuando triunfó en River y tenía a ese River, donde estaba Francescoli y tantos otros, rendido a sus pies. Una locura".

Esta reveladora anécdota y muchos otros temas fueron parte de la conversación en Reino Fútbol. Recuerda que el capítulo completo con la entrevista a Álvaro Barrientos ya está disponible en nuestro canal de Youtube.

El reconocido cocinero Álvaro Barrientos, declarado hincha de Universidad de Chile, fue el más reciente invitado a Reino Fútbol, donde en una distendida conversación con Cristián Arcos reveló su máxima admiración por una leyenda del fútbol chileno: Marcelo Salas.

"Mi gran ídolo del fútbol es Marcelo Salas", confesó Barrientos sin dudar. El chef recordó con especial emoción la histórica campaña de la U en 1994, un título que vivió intensamente y que lo marcó para siempre. "Fue literalmente así como un salvador en uno de los momentos más delicados y complicados de mi amada Universidad de Chile", señaló, destacando la conexión generacional que siente con el "Matador".

Barrientos no escatimó en elogios para describir las cualidades del exdelantero. "Un jugador así de completo, que controlaba con una maestría increíble, (...) siempre al borde de la posición de adelanto, entrando súper bien perfilado, con un cabezazo que cuesta encontrar", detalló. Además, recordó su exitoso paso por Argentina: "Lo gocé cuando triunfó en River y tenía a ese River, donde estaba Francescoli y tantos otros, rendido a sus pies. Una locura".

Esta reveladora anécdota y muchos otros temas fueron parte de la conversación en Reino Fútbol. Recuerda que el capítulo completo con la entrevista a Álvaro Barrientos ya está disponible en nuestro canal de Youtube.

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¿Cómo eran los clásicos universitarios de los 60?

En el fervor que siempre rodea al Clásico Universitario, la cobertura de Minuto 90 en terreno nos permitió encontrar una voz cargada de historia y nostalgia. Un hincha de Universidad de Chile, con seis décadas asistiendo al estadio, compartió sus recuerdos sobre cómo se vivían antaño estos trascendentales encuentros del fútbol chileno.

"Hace 60 años que vengo al estadio", confiesa el fanático azul, para quien la U es "todo, es una cosa interna, sentimiento, como dice el refrán, puro sentimiento. Es así desde pequeñito, desde los cuatro o cinco años que soy de la U y de ahí nunca más he dejado de alentar a este equipo".

Al rememorar los Clásicos Universitarios de antaño, el hincha destaca un elemento que, según él, se ha perdido con el tiempo: la competencia de las barras. "La presentación de las barras era lo que atraía montones. A veces los partidos eran horribles", admite, pero lamenta que esa tradición "se haya transformado más bien en un negocio que otra cosa en sí. El espíritu tanto de la U como de la Católica se mostraba en la competencia de barra".

Finalmente, al ser consultado sobre lo más lindo de ser seguidor del Romántico Viajero, no duda: "Es emocionante, sobre todo cuando suena el himno. Es una cosa que llena pero entero". Una anécdota que refleja la pasión incondicional que despierta el fútbol y, en particular, uno de los duelos con más historia de Chile.

David Arellano: 98 años del adiós al capitán

Este 3 de mayo se conmemora un nuevo aniversario, el número 98, de la repentina y dolorosa partida de David Arellano, fundador, ídolo y capitán eterno de Colo Colo. En su nueva columna Grace Lazcano rememora los trágicos eventos que rodearon el último partido del futbolista en España.

Corría el 2 de mayo de 1927 y Colo Colo se encontraba en Valladolid, España, en plena gira internacional. Aquel día, los albos disputarían su segundo amistoso en tierras hispanas, enfrentando a la Real Unión Deportiva. Según relata Lazcano, Arellano, quien padecía una hernia umbilical, decidió jugar sin la faja de protección que habitualmente utilizaba.

En una fatídica disputa por un balón aéreo, un jugador rival cayó sobre el abdomen de Arellano, provocándole un dolor agudo que lo obligó a abandonar el campo de juego. Trasladado al hotel, el capitán fue revisado por un médico, quien diagnosticó una peritonitis traumática irreversible. Con tan solo 26 años, el emblema de Colo Colo y profesor de instrucción primaria fallecería al día siguiente, el 3 de mayo.

La noticia causó una profunda conmoción tanto en Chile como en Valladolid. Más de 6.000 personas asistieron a su funeral en la ciudad española, y el equipo local organizó un partido amistoso para recaudar fondos destinados a la madre de David Arellano.

Inicialmente, en 1930, los restos del fundador fueron depositados en el mausoleo Arellano Riveros. Finalmente, en 1979, su cuerpo fue trasladado y sepultado en el mausoleo de los Viejos Cracks de Colo Colo, ubicado en el Cementerio General de Santiago, donde descansan hasta el día de hoy.

Como un eco de aquella historia que unió a ambas ciudades en el dolor, se espera que en julio de este año, en el marco de las celebraciones por el centenario de Colo Colo, el equipo albo se enfrente en un duelo amistoso al Real Valladolid, reviviendo el lazo que se forjó cuando el pueblo colocolino perdió a su eterno capitán al otro lado del océano.