Aedo y Pinilla estallan contra la Copa América

Aedo y Pinilla estallan contra la Copa América

Tras la dolorosa derrota de La Roja frente a Argentina, las capitanas Yanara Aedo y Fernanda Pinilla alzaron la voz contra la organización de la Copa América Femenina. Pese al resultado, las líderes de la Selección Chilena apuntaron sus dardos a las deficientes condiciones del torneo y a la ausencia de tecnología, exigiendo un trato igualitario.

La principal queja fue la falta de VAR, algo que Aedo calificó como una "falta de respeto" y una "vergüenza", sobre todo al comparar el certamen con la Eurocopa Femenina que se disputa en paralelo. "Qué bueno que fue por televisión abierta para que se vean los dos penales que no se cobraron", afirmó, aclarando que aunque no le resta mérito a Argentina, "con VAR cambia mucho la historia".

A esto se sumaron las críticas por las condiciones logísticas, como no poder realizar un calentamiento adecuado en cancha, un problema que también denunció Brasil. Pinilla, por su parte, apoyó la idea de que el VAR trae "justicia deportiva", aunque fue autocrítica: "Tal vez si hubiésemos aprovechado las oportunidades no estaríamos hablando del VAR, pero bueno, ya está".

El reclamo de las jugadoras, sin embargo, va más allá del resultado y apunta a una demanda de igualdad. "Una Copa América mujeres debe ser igual que para los hombres. Entonces para la organización, que se pongan un poquito las pilas porque somos jugadoras igual que el hombre", sentenció Aedo. Ambas futbolistas dejaron claro que, si bien no es una excusa para la derrota, son temas que deben solucionarse para el futuro del fútbol femenino sudamericano.

Tras la dolorosa derrota de La Roja frente a Argentina, las capitanas Yanara Aedo y Fernanda Pinilla alzaron la voz contra la organización de la Copa América Femenina. Pese al resultado, las líderes de la Selección Chilena apuntaron sus dardos a las deficientes condiciones del torneo y a la ausencia de tecnología, exigiendo un trato igualitario.

La principal queja fue la falta de VAR, algo que Aedo calificó como una "falta de respeto" y una "vergüenza", sobre todo al comparar el certamen con la Eurocopa Femenina que se disputa en paralelo. "Qué bueno que fue por televisión abierta para que se vean los dos penales que no se cobraron", afirmó, aclarando que aunque no le resta mérito a Argentina, "con VAR cambia mucho la historia".

A esto se sumaron las críticas por las condiciones logísticas, como no poder realizar un calentamiento adecuado en cancha, un problema que también denunció Brasil. Pinilla, por su parte, apoyó la idea de que el VAR trae "justicia deportiva", aunque fue autocrítica: "Tal vez si hubiésemos aprovechado las oportunidades no estaríamos hablando del VAR, pero bueno, ya está".

El reclamo de las jugadoras, sin embargo, va más allá del resultado y apunta a una demanda de igualdad. "Una Copa América mujeres debe ser igual que para los hombres. Entonces para la organización, que se pongan un poquito las pilas porque somos jugadoras igual que el hombre", sentenció Aedo. Ambas futbolistas dejaron claro que, si bien no es una excusa para la derrota, son temas que deben solucionarse para el futuro del fútbol femenino sudamericano.

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Incluso los extranjeros sienten a La Roja como suya

Hay partidos que no conocen de fronteras. Que no entienden de nacionalidades ni pasaportes. Que se juegan con la misma pasión por quienes nacieron en Chile como por quienes, desde otros rincones del mundo, decidieron hacer de este país su hogar. Y hoy, cuando juega la Selección, todos estamos con La Roja. Incluso los extranjeros.

Así lo reflejan historias como la de Rafael, un hincha que no nació en Chile, pero que lo vive como si llevara el escudo en la piel desde siempre. “Como vivimos aquí en Chile, es mi segundo país”, dice. Y esa frase, breve pero poderosa, resume lo que muchas personas sienten cuando ven a la Roja salir a la cancha.

El fútbol tiene esa magia de integrar, de emocionar, de representar más allá de lo evidente. Y en un país que ha abierto sus puertas a miles de migrantes en los últimos años, la selección se ha convertido también en un punto de encuentro, en un símbolo de unidad.

Rafael no es el único. Hay miles que hoy se emocionan con el himno, que gritan los goles, que sufren las derrotas y celebran los triunfos. Porque amar a un país también puede empezar en una cancha. Y el fútbol chileno, con su historia de lucha, coraje y gloria, tiene ese poder de enamorar.

En tiempos donde el debate sobre la identidad y la pertenencia muchas veces se polariza, estas muestras de cariño espontáneo hablan por sí solas. Hoy, más que nunca, la Roja es de todos. Y eso es algo que el fútbol chileno debe cuidar, abrazar y celebrar.

Porque cuando el equipo de todos logra realmente serlo, no hay nada más poderoso. Ni más chileno.

La voz de los hinchas: cuando el pueblo opina de fútbol

En cada rincón de América Latina, el fútbol se vive como una pasión heredada, y con cada torneo internacional, los hinchas se convierten en protagonistas. La Copa América no es la excepción. Esta vez, desde las gradas de un estadio en Paraguay, la voz de los hinchas chilenos y argentinos se hizo sentir.

“Tenía que hablar el mejor 10 de Argentina ahora”, decía uno de los entrevistados. Otro le respondía con humor: “Está bien que hable, si total no juega”. Las risas compartidas y los comentarios cruzados reflejan una verdad ineludible: el fútbol es conversación, debate, provocación, pero también respeto.

En medio del folklore de camisetas, cánticos y banderas, lo que queda claro es que los hinchas entienden el juego como parte de su vida diaria. No son simples espectadores; son analistas, críticos y poetas del balón. Opiniones sobre Messi, la Albiceleste, la Roja, y las figuras del momento fluyen con naturalidad, sin filtros, sin poses.

Este mosaico de voces es parte esencial del espectáculo. Porque sin el hincha, sin su emoción, sin sus reclamos ni celebraciones, el fútbol pierde sabor. Es en la tribuna donde se construyen las narrativas que luego ocupan los titulares. Es en esa mezcla de sabiduría popular y fervor incondicional donde el deporte más hermoso del mundo cobra sentido.

Los que están ahí, alentando bajo el sol, improvisando análisis tácticos entre cerveza y banderas, son los verdaderos guardianes del espíritu futbolero. Y su voz, muchas veces relegada, tiene más verdad que muchas conferencias de prensa.

En la Copa, como en la vida, el hincha tiene la palabra. Y su grito, por muy anónimo que sea, resuena en todo el continente.