¡15 años después! Hincha de la U vuelve al Nacional

¡15 años después! Hincha de la U vuelve al Nacional

En una jornada cargada de emoción por el regreso de Universidad de Chile a la Copa Libertadores, la historia de Tamara resalta entre los miles de fanáticos azules. Después de 15 largos años sin pisar el Estadio Nacional para ver al equipo de sus amores, la importancia del estreno copero de la U fue el impulso necesario para su retorno, y no lo hizo sola: sus hijos, también hinchas del "Romántico Viajero", la acompañaron.

"Sí, emocionante. Bueno, yo no he venido sin mucho tiempo al estadio, ando con un poquito de miedo, pero vengo a ver a mi equipo y traer a mis hijos también para que sepan lo que es vivir esto", confesó Tamara en la previa del encuentro, en el marco de la #coberturaminuto90. La hincha recordó que "diría 15 años que no vengo. Venía con mi hermano, sí, mi hermano me traía (...) pero igual un poquito de miedo, porque igual me da un poquito de miedo la situación, los enfrentamientos".

Pese a esa aprensión, el deseo de compartir la pasión azul con sus hijos y la trascendencia del certamen internacional fueron más fuertes. "Quiero que mis hijos vuelvan a sentir eso de venir tranquilos al estadio, obviamente a venir a ver nuestro equipo que es la U y ojalá gane", expresó con esperanza. Otros asistentes compartieron el sentir, describiendo el ambiente como "muy bonito" y la experiencia de la Libertadores como "un sueño que ahora mismo se está viviendo". Con la ilusión a tope, Tamara espera que la U "gane y que podamos pasar a octavos".

¿Y tú? ¿Cómo viviste el estreno de la U en la Copa Libertadores? Comenta junto a nosotros.

En una jornada cargada de emoción por el regreso de Universidad de Chile a la Copa Libertadores, la historia de Tamara resalta entre los miles de fanáticos azules. Después de 15 largos años sin pisar el Estadio Nacional para ver al equipo de sus amores, la importancia del estreno copero de la U fue el impulso necesario para su retorno, y no lo hizo sola: sus hijos, también hinchas del "Romántico Viajero", la acompañaron.

"Sí, emocionante. Bueno, yo no he venido sin mucho tiempo al estadio, ando con un poquito de miedo, pero vengo a ver a mi equipo y traer a mis hijos también para que sepan lo que es vivir esto", confesó Tamara en la previa del encuentro, en el marco de la #coberturaminuto90. La hincha recordó que "diría 15 años que no vengo. Venía con mi hermano, sí, mi hermano me traía (...) pero igual un poquito de miedo, porque igual me da un poquito de miedo la situación, los enfrentamientos".

Pese a esa aprensión, el deseo de compartir la pasión azul con sus hijos y la trascendencia del certamen internacional fueron más fuertes. "Quiero que mis hijos vuelvan a sentir eso de venir tranquilos al estadio, obviamente a venir a ver nuestro equipo que es la U y ojalá gane", expresó con esperanza. Otros asistentes compartieron el sentir, describiendo el ambiente como "muy bonito" y la experiencia de la Libertadores como "un sueño que ahora mismo se está viviendo". Con la ilusión a tope, Tamara espera que la U "gane y que podamos pasar a octavos".

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Para Inés Martínez, aún con sus 90 años, nada levanta pasiones como la Universidad de Chile.

No todos los equipos despiertan una pasión que resiste el paso del tiempo, los fracasos deportivos y los años sin títulos. Pero la U no es cualquier equipo. Es una bandera. Un sentimiento que va mucho más allá del resultado del fin de semana, sino pregúntenle a Inés en cada estadio que juegan los azules.

Para muchos hinchas azules, la frase “de la U aunque gane” no es ironía. Es convicción. Es una forma de asumir que el amor por los colores no está condicionado por los puntos en la tabla. Porque ser de la U es creer incluso cuando la historia reciente no acompaña.

La U no ha tenido una década fácil. Títulos esquivos, procesos rotos, promesas incumplidas. Y sin embargo, cada domingo, miles de personas visten la camiseta con el mismo orgullo de siempre. Hay algo en ese vínculo que no se explica con números: se explica con identidad.

El hincha de la U tiene memoria. Recuerda las gestas épicas de los 90, el histórico 2011, los goles de Rivarola, las atajadas de Johnny, la entrega de Osvaldo González, el fútbol de Charles Aránguiz. Pero también recuerda las caídas, las finales perdidas, los años de sufrimiento. Y sigue ahí.

Porque más que un club, la U es una forma de vivir el fútbol. Con pasión, con nervio, con corazón. Sin importar si se gana o se pierde. Lo que importa es estar. Acompañar. Creer.

En una época en que muchas hinchadas se definen por el éxito, la U conserva algo romántico: la idea de que ser hincha es incondicional. Y en eso, tal vez, reside su grandeza.

De la U, aunque gane. Aunque suene absurdo. Aunque parezca al revés. Porque para quien creció amando a la U, no hay resultado que defina ese amor. Solo el orgullo de seguir ahí, siempre.